—¿Y de que quieres hablar?
—¿Mhm?
—Tu diste la idea de hacer esto—siguió la peliverde.
—Tu diste la idea de hacerlo hoy—dijo la morena—. Pensé que, como no puede ir el sábado, pensaste en que hablar.
—¿Y por qué no pensaste vos también?—contrataco la peliverde, ya notándose un poco enfadada aunque, para Luz, fuera una idiotez.
—Estaba ocupada—dijo miró la estantería de libros, ignorando lo que había pasado la semana anterior.
El rostro enojado de Amity se relajó, entendiendo que ahí no iban a pelear y miro a la chica morena tratando de tomar un libro de una estantería superior. Luz ya era algo bajita, media cabeza más baja que ella, y además con su brazo lastimado no podía hacer muchos movimientos
—¿Estuviste en el hospital, verdad?
Estaban en un lugar alejado de la zona principal. No querían molestar a los demás con el ruido y necesitaban un lugar a solas para hacer el club de lectura.
Luz si dió la vuelta, pensando como pudo enterarse ella de que estuvo en el hospital. Pero luego recordó que Willow se lo dijo cuando preguntó por ella.
—Ajá, ¿Por?—dijo, rindiendo su tarea de tomar el sagrado libro.
—¿Cómo te rompiste el brazo?—preguntó, parándose a su lado.
—Mmm, bueno...—Luz se encogió de hombros nerviosa y siguió tratando de tomar el libro.
—Ten—le alcanzó el libro.
No sabía porque lo quería tanto. La tapa era de color rosa claro, con un título en grande de color blanco y unos dibujos de animales... En realidad no eran animales, si no que seres o bichos plantas con vida. Se notaba que le gustaban mucho los libros de fantasía, pero no pensaba que le gustaría algo tan... raro.
—¿Por qué quieres este libro?—le preguntó.
—No sé—la morena se encogió de hombros, ya cansada de todas las preguntas que le hace—. Me llamó la atención y listo.
—No pensé que te gustarían los libros de plantas que hablan—rió Amity.
—¿Plantas que hablan? ¿Ya te leíste el libro?—dijo con brillo en los ojos.
—No lo leí. Lo deduje por la portada.
Luz volvió a mirar el libro y le dieron unas inmensas ganas de leerlo. Parecía ser muy raro, más por su portada, pero podía darle una oportunidad. Estaba separado de los demás, escondido en un rincón de la biblioteca. Una sonrisa se formó en su rostro y recordó porque estaban ahí.
—Y bueno, respondiendo tu pregunta anterior, supongo que hablaremos de Azura ¿No?—dijo, caminando con el libro a los puffs que estaban en un rincón.
La peliverde asintió. Nunca había hecho eso de un club de lectura. Nunca compartió lo que leía con los demás, ni con sus hermanos. Sus libros de fantasía y romance los escondía para que sus padres no se enteren.
—¿Cuál es tu personaje favorito?—le preguntó la morena.
—Hecate—contestó—. Es un gran personaje, en todos los sentidos.
—En los dos primeros libros me caía mal—admitió Luz—. Pero desde que ayudo a Azura en la misión de la montaña, me cae mucho mejor.
—¿Y el tuyo?—preguntó, pero se dió cuenta que era de lo más predecible—. Azura ¿Verdad?
Luz asintió con un sonrojo en todo su rostro.
—Para ser la protagonista es buena, pero ni de lejos es la mejor—opinó Amity—. Existen mejores, como Woon.
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Nuevas mamás
Teen FictionLuz tenía siete años cuando llegó a la puerta de los Clawthorne. Tenía un brazo roto, el cuerpo lleno de moretones, y espinas en sus brazos. Aunque podría ser una niña que se lastimó imprudentemente jugando, Raine y Eda sabían que no era así, y con...