No recuerdo mucho de lo que sucedió cuando llegamos. Muchas ráfagas de luz provenientes de los flashes de las cámaras mientras corríamos por el pasillo de la prensa, pero apenas presté atención y sonreía de forma mecánica. Iba distraído y desesperado por alejarme de las ondas de tensión que irradiaba Mile.
En cuanto entramos en el edificio, alguien le llamó por su nombre y él se dio la vuelta. Yo me escabullí, moviéndome rápidamente entre los demás invitados que se aglomeraban en la entrada enmoquetada.
Cuando llegué a la sala de recepción, arrebaté dos copas de champán a un camarero que pasaba y busqué a Ivan mientras me trincaba una de ellas. Vi que se encontraba al otro lado de la habitación con mi madre y Stanton y me dirigí hacia ellos, dejando la copa vacía en una mesa según pasaba.
-¡Apo! -A mi madre se le iluminó la cara cuando me vio-. ¡Ese traje te sienta de maravilla!
Hizo como que me besaba en ambas mejillas. Estaba guapísima con un deslumbrante vestido de corte recto de color azul hielo. Lucía zafiros en las orejas, el cuello y la muñeca, que le resaltaban los ojos y la piel clara.
-Gracias. -Tomé un sorbo de mi segunda copa de champán, acordándome de que tenía pensado dar las gracias por el traje. Aunque seguía agradeciendo el regalo, ya no estaba muy contento.
Ivan se me acercó y me agarró del codo. Sólo con verme la cara, supo que estaba disgustado. Sacudí la cabeza, dando a entender que no quería hablar del asunto en aquel momento.
-¿Más champán, entonces? -preguntó en voz baja.
-Por favor.
Intuí que Mile se aproximaba antes de ver cómo a mi madre se le iluminaba la cara cual bola de Año Nuevo en Times Square. También Stanton pareció erguirse y prepararse.
-Apo. -Mile me puso una mano en la parte inferior de mi espalda, y un estremecimiento me recorrió el cuerpo entero. Cuando me rozaron sus dedos, me pregunté si él la sintió también-. Has salido corriendo.
Me puse tenso al percibir cierto tono de reprobación en su voz. Le lancé una mirada que expresaba todo lo que no podía decirle en público.
-Richard, ¿conoces a Mile Phakphum?
-Sí, claro. -Los dos hombres se estrecharon la mano.
Mile me acercó aún más a su lado.
-Ambos tenemos la fortuna de acompañar a las dos personas más hermosas de Nueva York.
Stanton coincidió, sonriendo a mi madre con ternura.
Me trinqué el champán que me quedaba y, agradecido, cambié la copa vacía por la nueva que Ivan me pasó. Empezaba a notar el ligero calorcillo en el estómago que me producía el alcohol, y que estaba aflojándome el nudo que tenía ahí formado.
Mile se inclinó y me susurró con voz áspera:
-No olvides que estás aquí conmigo.
¿Estaba loco? ¿Qué demonios? Agucé los ojos.
-Eso lo dirás tú.
-Aquí no, Apo. -Hizo un gesto a los demás y me llevó con él-. Ahora no.
-Ni nunca -dije entre dientes, yendo con él sólo para ahorrarle una escena a mi madre.
Mientras tomaba mi champán a sorbos, pasé al modo automático de supervivencia, algo que no había tenido que hacer en muchos años. Mile me presentó a varias personas, y suponía que me portaba bien -hablaba en los momentos apropiados y sonreía cuando era necesario-, pero realmente no estaba prestando atención. Era demasiado consciente del muro de hielo que se había levantado entre nosotros y de mis sentimientos heridos. Si hubiera necesitado alguna prueba de que Mile era inflexible respecto a no socializar con las personas con las que se acostaba, la tenía.
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NO TE ESCONDAS DE NADA
Storie d'amoreEs una historia donde Apo, despertará instintos que ningún otro hombre ha logrado.