8: Sangre por sangre.

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Nunca entendí porqué el tritón les repudiaba tanto

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Nunca entendí porqué el tritón les repudiaba tanto.
Él no era una criatura desagradable de ver; solo un poco extraño al inicio, pero tampoco merecía que le hablaran con tanto desprecio.

Puedo entender que ellos estaban perplejos por lo que ocurría en el mundo en ese momento, y tal vez su manera de liberarse era maltratar a una especie, de la que muchos desafortunados desconocían su existencia.

Recuerdo que para mí, también fue difícil digerir las noticias; Steven dijo que su viaje se adelantó porque había comenzado una guerra.

Según sus palabras, hacía unos meses atrás, Alemania invadió Polonia, y tanto Francia como Reino Unido, le declararon la guerra inmediatamente.
Así que las cosas no marchaban bien del otro lado del océano.

No sabrían como se desenvolvería la situación una vez que la ciudad fuese evacuada; por eso decidieron marchar al Ártico, para llevarme la comida necesaria para sobrevivir el resto del año.
Y de paso, comprobar que hiciera bien mi trabajo.

El tritón solo era una muestra para comprobarse a sí mismos, que aún con toda la violencia ejercida hacia su propia especie, podían ser los más inteligentes sobre cualquier otra criatura.

Él era listo; pero no lo suficiente como para evitar los juegos de Steven y Duff, quienes parecían disfrutar hacerlo sufrir.

Cada que recuerdo la semana en que  invadieron nuestro espacio, me molesto de nuevo, porque lo que le hacían era desalmado.

Tenía miedo de que él quisiera huír y no volviera jamás; tenía miedo de que dejara de buscarme por considerarme uno de ellos.

La primera mañana en la que amanecieron en el valle, despertaron antes que yo, así que tardé en ser conciente de lo que hacían.

Mi sueño se interrumpió por ese estrepitoso sonido agudo que producía el tritón; resonó en el valle y logró estremecerme.

Era un sonido infernal; realmente se oía como una bestia, dispuesta devorarte los huesos, para no dejar ni el rastro más mínimo de tu existencia.

Entonces me di cuenta de que nunca lo había escuchado tan sollozante, y que su lamento se acompañaba por tres risas socarronas.

Tan pronto como salí de la cabaña, los vi a esos tres, tirando de una cuerda atada a la cola del tritón, quien hacía todo lo posible por escapar, sin darse cuenta de que su fuerza, en contraposición a la de los otros hombres, era lo que lo estaba lastimando.

Había sangre en el agua, y a ellos les seguía pareciendo muy divertido.
No podía creer que esos desgarradores lamentos no les hicieran sentir más que placer.

La criatura se movía desesperada; mientras más fuerza ejercía, más se encarnaba la cuerda en su aleta.
Si no se detenía, terminaría por arrancarse la aleta caudal, y moriría desangrado.

Debajo del aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora