📹 CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

3.7K 326 7
                                    

Maratón dos capítulos

— La dama —

— La dama —

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nyx Velour

Kalea me esperaba con todo listo en casa, cuando mi mirada choco con la de ella pude detallar que estaba realmente hermosa llevaba un vestido azul noche junto a ondas que adornaban su rostro, su maquillaje no era extravagante y la mirada resaltaba.

Ciertamente, era un espejismo porque éramos idénticas.

— Sé que estoy guapa, pero si no te apuras lo único que tendremos será a un cabezota en la puerta de nuestra casa. — habló Kalea.

Desperté y me metí rápido a la ducha, escuchaba el sonido que hacía mi hermana en mi tocador como las cosas se movían.

Kalea era directora de cine pero también era una de las mujeres más poderosas, tenía muchas academias y modelos a su disposición por eso tenía tanto poder junto al dinero.

— Más te vale no desordenar la habitación — advierto.

— Apúrate, tortuga.

Termino de ducharme y mi hermana me sienta frente al tocador empieza a ponerme cremas y mientras esté seca me manda a cambiar.

El vestido negro se pegaba a mi cuerpo creando una figura idéntica a la de mi hermana, las curvas, los ojos, éramos lo mismo pero de diferente color de vestido.

— Perfecta, sin duda soy una genia — se halaga.

Cuando estoy por refutarla, me jala a sentarme y empieza a secarme el cabello.

— ¿Estás feliz? — pregunto hacia ella.

— Bueno tengo a mi hermana, a un cuñado cabezota y a un novio que me apoya en todo.

— ¿Novio?

— Oh no te lo conté — dice Kalea mordiéndose la lengua — Drake es mi novio desde hace unas semanas, no nos hemos visto mucho así que no tuve la oportunidad de contarte.

— Dios! — hablé — No interesa si me levantas en la madrugada, solo cuéntame como te sientes o incluso si hacen algo pequeño que te hace feliz, ¡no te he tenido durante mucho tiempo, ¡no quiero seguir perdiéndome tu vida!

— Lo haré, pequeña copia.

— Kalea eres mayor por dos minutos.

— ¿Quién salió segunda? — pregunta — Exacto, tú eres la copia.

Cuando quise volver a refutar, empezó por los rizos y yo empecé a maquillarme.

Luego de media hora o yo lo sentí así acabamos, estaba radiante mi presencia e imagen solo irradiaba poder.

La última pieza era el collar de esmeralda, que hacía contraste con mis ojos.

Estaba segura de que a nadie le iba a gustar que luzca esto, pero es parte de mi cargo.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐂𝐈𝐍𝐄 (𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨𝐩𝐡𝐞𝐫 𝐌𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora