📹 CAPÍTULO CUARENTA Y DOS

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— Empresario —

— Empresario —

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Nyx Velour

Me recuesto sobre la silla, con el pecho acelerado por tal presentación, las chicas chocan los cinco mientras yo trato de tranquilizarme.

— ¿Estás bien? — habla Ángela acercándose a mí.

— Sí, no te preocupes.

Asiente antes de sentarse en su sitio, mientras que escucho los parloteos de Gemma y Liz tras de mí.

Me revienta la cabeza.

— Mira lo que tengo para ti — dice Liz llamando mi atención.

La jeringa me sorprende cuando la pone en frente de mí, me sobresalto alejándome del aparato.

— Aparta eso de ella. — le ordena Ángela.

— Solo era una broma.

Su excusa hace que me levante de mi puesto y me voy contra ella, tomando su brazo para estamparla contra el espejo.

Gemma suelta un grito y yo le acerco la aguja al cuello, se remueve como loca para que aparte la aguja y yo la suelto hacia adelante riéndome de su miedo.

— No te metas conmigo, maldita perra — hablo fuerte para ella.

— ¡¿Estás demente?! — me grita Gemma.

Me acerco a ella para brindarle una cachetada que la manda al piso.

— Respeta a tus malditos superiores, puede que te haya dejado creerte la gran cosa por un tiempo pero no me canses porque realmente me vas a conocer y créeme que no quieres. — respondo.

Ángela se acerca quitándome sutilmente la jeringa y Meredith traga grueso cuando dirijo mi mirada a ella.

Klein se va a botar el contenido a los servicios y yo suelto un suspiro agotada.

Después de esta misión, se largan a California si no quieren que las mate.

Tomo mis cosas y voy a los vestidores para cambiarme, después de esto tendríamos un show privado con algunos de los presentes, así que debía prepararme.

La lencería roja estaba cubierta por una bata muy fina de color negro, además de llevar un antifaz para cubrir mi identidad.

Bese a tres hombres hoy, Christopher, Liam y un rubio que se me hizo conocido, lo pienso por un momento porque me resulto conocido hasta que mi cabeza hace click.

Ilenko. — reacciona mi cabeza.

Él estaba aquí, por más de que había omitido recordar los besos del "empresario mafioso" no los podía olvidar, el beso de tres que formé con los otros dos saca una sonrisa divertida.

Christopher me mataría cuando lleguemos a su apartamento, pero ya lo hice, no hay vuelta atrás.

— Hela, está todo listo para que entres. — me avisan.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐂𝐈𝐍𝐄 (𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨𝐩𝐡𝐞𝐫 𝐌𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora