Todas conocemos a Christopher Morgan, el hombre sexy, celoso, tóxico, líder y posesivo.
Lo que no conocemos es a su esposa Nyx, ella puede mostrar la otra cara de Christopher. Un amor algo sano, donde los dos son iguales pero se aman.
La palabra ama...
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Narrador Omnipresente
Christopher dejó de teclear quedándose inmóvil un momento.
Ella no había hablado de eso hace años, era raro que ahora toque el tema.
— Sabes que lo que más deseo es tener un hijo, quisiera tener un mini Chris o aún mejor una mini yo. — suelta una risa amarga cuando termina.
Velour espera la respuesta de Morgan con paciencia mientras esta no llega.
— Sí. — fue la respuesta corta y segura a la pregunta.
— Yo... Yo no voy a poder procrear — confiesa Nyx — La droga que me dieron fue muy dañina y mi sistema no lo resistió, si procreó ellos podrían morir durante el embarazo incluso durante el parto.
— Nena, vamos a buscar la forma.
— Era mi mayor deseo, solo lo quería contigo — dice aguantándose las lágrimas.
— Podemos buscar tratamientos — respondió tratando de secarle las lágrimas que se habían empezado a derramar por el rostro de su prometida.
— Quiero verlo muerto. — dictaminó — Si la mafia derrumbó mi mayor sueño, yo quiero acabar con ellos.
La respuesta de Nyx tomo por sorpresa a Christopher que la miro confuso, Nyx solo era así cuando tenía rencor o estaba lo suficientemente molesta.
Las peleas de ellos dos se podían interpretar como caos hasta en ocasiones llegaban al regaño de Alex para tratar de reconciliarlos.
Flashback.
Peleas (Primer año de casados)
La ojiverde había discutido con su esposo por un motivo realmente ridículo, no le había dirigido la palabra durante todo el día.
La central de California resplandecía por el mal carácter que llevaba la general.
— Nyx. — la llamo el ojigris
— Soy general Velour, no Nyx.
Los brazos de la oji verde se cruzaron mientras una mirada de odio dirigida a su esposo se hacía presente.
Christopher rodeó los ojos ante el infantil carácter, la mujer estaba loca pero la amaba.
— Como sea, contéstale el maldito teléfono a Alex antes que se aparezca.
— Hazlo tú, no soy tu maldita paloma mensajera.
— Quiere hablar contigo — respondió en un tono duro.
— Que se joda entonces.
Se volteó dejando a su esposo con la respuesta en la boca, mientras sus puños se apretaban conforme a su caminar, un soldado se acercó a ella temeroso y Christopher apareció tirándolo a la pared para tomar del brazo a su esposa.
