"Buenas tardes, Sr. Ardlay".
"Buenas tardes, Dorothy. ¿Arreglaste la recámara de Candy, como solicité?"
Albert acababa de llegar a la entrada de Lakewood, y sólo una pequeña comitiva del servicio lo esperaba. La realidad es que él no era muy asiduo a las ceremonias de recibimiento de la tía y demás miembros de la familia. Prefería incluso entrar de incógnito, pero desde antes de llegar, sabía que su tía se había encargado de su recibimiento.
"Sí, señor. Pero no me quedó claro por qué querría ocupar ese espacio. De todos modos, me encargué de su arreglo, y si necesita algo más..."
"Espero poder contar con usted, Dorothy. La realidad es que quiero inventariar las cosas que dejó Candy y decidir lo que haré con ellas".
"No se preocupe, Sr. Ardlay. Sabe que puede confiar en mí, y si necesita alguna ayuda..."
"Gracias y por supuesto que le avisaré de necesitarlo, pero ahora si me lo permite, haré una llamada desde el estudio a Georges a Chicago".
"Como guste, y no se preocupe, que le daré su espacio. Si necesita algo más, me avisa y con mucho gusto le ayudo".
William se quedó solo en el pasillo y se dirigió hacia el estudio en ese momento. Allí comenzó a marcar el número del corporativo pensando que todavía Georges estaría ahí, aunque era algo tarde.
"Corporativo del Banco de Chicago, buenas noches", contestó una voz femenina, lo que le extrañó, considerando que pasaban ya de las 8.
"Nellie, ¿no será que puedo comunicarme con Georges? ¿Está aún ahí?"
"El Sr. Villers está ahora mismo con una persona de Londres que vino a hablar con él. Se lo paso enseguida".
"Gracias, y Nellie, ya puede salir. Es muy tarde para que una dama esté en las calles sola. Pida a alguno de los custodios que la acompañen hasta su destino".
"Lo haré, Sr. Ardlay. De hecho, mi esposo me espera. Lo que sucede que el Sr. Villers requirió mi ayuda, pero le aviso que usted me autorizó salir".
"Una pregunta, Nellie, ¿sabe con quién está Georges en este momento?"
"La verdad que no. Lo siento mucho, Sr. Ardlay".
"No se preocupe y pase la llamada. La veré pronto".
Así hubo un silencio, interrumpido medio minuto después por el mismo Georges.
"William, ¿llegaste bien? Me dijo Nelllie que la despachaste por hoy. Disculpa, es que la necesité fuera de horas", comentó con una voz ansiosa, rara en él, que le hizo pensar a William que algo más pasaba.
"¿No será que puedes hablar en privado? Algo me dice que hay una cosa que no me puedes decir abiertamente, confirma si es así".
"Sí, así me parece, y cuándo vuelves", preguntó como llamado de auxilio de algún modo, algo raro también en Georges, que pocas veces reaccionaba de este modo.
"Creo que voy a adelantar mi regreso. ¿Mañana te parece bien? Así descanso un poco antes de volver al Hogar de Candy. La tía Elroy requiere a Candy y no quiero defraudarla, pero debo convencerla de que se venga conmigo. Además, por el tono, creo que necesitas que adelante mi regreso".
"Me parece bien, William, pero tengo algo que decirte sobre lo que está pasando aquí".
Georges estaba aprovechando que el personaje en cuestión se alejara de él un momento para poder contarle lo que ocurría a William.
"Qué pasa, hombre, que me asustas".
"Y bien que debes asustarte. Este personaje que está ahora mismo aquí es nada menos que el duque de Granchester. Me está preguntando por su hijo...y por ti".
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No me dejó alternativa...
FanfictionCuando William, un hombre de la alta sociedad escocesa, conoce un día en la colina a una chiquilla llorona de tan solo 6 años, su mundo cambia en un momento. Es ella, Candy, la que le da sentido a una vida vacía, de pérdidas y tragedias. Pero no tod...