Una escena memorable, al menos para William, merecía una explicación razonable. Luego de prometer regresar para aclarar tantas dudas, William decidió dejar a Candy con sus primos y dirigirse con la tía a la biblioteca de la mansión. Allí, ella tomó asiento en una cómoda butaca, mientras William se quedó de pie frente a ella.
"¿Me puedes explicar qué es todo esto, William?", le preguntó ella con un tono que no dejaba lugar a dudas sobre su molestia.
"Tía, tengo que regresar a atender a la prensa y a los invitados. Espero que comprenda que esto merece una larga y detallada explicación. No puedo hacerlo siendo que tengo asuntos pendientes afuera".
"No, la prensa puede esperar y lo hará; los invitados también, en especial porque eran de los Leagan", expresó la dama con voz recia y enfática.
"Dígame, qué quiere que le explique", le cuestionó con un poco de ansiedad que se le notaba. "Me tomo entonces el tiempo..."
La anciana de pronto se levantó y caminó más cerca de él.
"Qué hacías tú viviendo con la huérfana esa".
"Tía, Candy y yo nos mudamos juntos, y estuvimos viviendo así casi tres años. Siéntese, por favor", lo que ella volvió a hacer.
"Tú viviste tres años con esa, y nunca nos dijo nada de dónde estabas".
"Candy no sabía quién era yo".
"Cómo puedes asegurarlo".
"Porque cuando me conoció cerca de la cabaña de caza, yo estaba disfrazado y me identifiqué como Albert. Eso fue hace más de 6 años, tía. Y ella creyó siempre que yo era un vagabundo que me había colado en la propiedad".
"Por qué nunca le aclaraste la verdad".
Albert la miró desconcertado por lo que le preguntaba.
"A ver por qué. ¿No fue el comité y usted los que me prohibieron identificarme delante de los miembros de la familia?"
"Ella no era miembro de la familia entonces".
"Pero fue parte del servicio cuando era dama de compañía..., bueno, sirvienta de Eliza, ¿no es cierto?"
La tía abuela, con esto, no supo dónde meterse. Aparentemente no se supone que William supiera lo que habían hecho los Leagan con la que ellos consideraban una recogida en ese tiempo.
"Cómo supiste eso", le preguntó con un aire de incomodidad.
"Georges me informaba de cada paso que daba Candy en Lakewood".
"Pero no es posible".
"Candy y yo éramos buenos amigos desde entonces, tía. Georges estaba pendiente de ella a mi nombre".
"Por eso el empeño de no quitarle nuestro ilustre apellido cuando la adoptaste. Es algo vergonzoso, William".
"¿Usted cree?"
"Dime algo, ¿tú adoptaste a la huérfana en la familia porque quisiste o realmente fue por tus sobrinos?"
"Sea directa, tía, que usted nunca tuvo esos cuidados para expresar sus ideas. Yo adopté a Candy porque quise, porque quería que fuera feliz. Lo de los sobrinos fue muy conveniente, si le digo la verdad".
La tía lo miró como si hubiera cometido el error más grande de su vida.
"Dime una cosa, y quiero que me digas la verdad, ya que no estamos con rodeos... Tú estás enamorado de esa chiquilla".
"Sí", contestó él sin más ni más, provocando más incomodidad en ella.
"Entiendo que por haber convivido con ella confundas lo que sientes, pero no te apresures... NO ha pasado nada entre ustedes...", preguntó con un tono de inseguridad.
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No me dejó alternativa...
FanfictionCuando William, un hombre de la alta sociedad escocesa, conoce un día en la colina a una chiquilla llorona de tan solo 6 años, su mundo cambia en un momento. Es ella, Candy, la que le da sentido a una vida vacía, de pérdidas y tragedias. Pero no tod...