Contigo (Inosuke x tu)

2. Nuevo Comienzo

Mientras tanto unos sujetos que estaban explorando la zona vieron a lo lejos el esplendor proveniente de lo que fue el hogar de Hiroko, la chica trato de huir y perder de vista al demonio en el bosque, pero la herida que se le generó en el abdomen le hizo casi imposible de correr.

—¡Ayuda! Por favor... —Llamo entre sus últimos alientos, cayendo de inmediato a la nieve. No quería acabar con la vida de su hermana, tampoco sabía exactamente como hacerlo; pero todos sus intentos por librarse de ella fueron en vano. Su respiración se tornó agitada, alzo la mirada, viendo borroso entre los árboles lo que pareciera ser un hombre de cabello rubio dorado y de aspecto alto, en lugar de socorrerla se esfumo entre los árboles.

Sabiendo que no había nada más por hacer, cerro los ojos dejando que su cuerpo termine de debilitarse.

—Mamá, Aiko, Shun... Las veré pronto —Susurró y espero a que sufriera el ultimo dolor en su vida. Pero nunca llego.

El corte de una espada hace que sus ojos se abran mirando lo sucedido, el demonio se estaba convirtiéndose en polvo en el suave y nevado piso. Sus dientes comenzaron a parlotear mientras busca al héroe quien le salvó la vida.

—Shun... —Dijo casi con su voz desgarrada, viendo como en frente de sus ojos su pequeña hermana se desvanecía.

Dos chicas con un uniforme muy curioso para ella. El mismo que usaba su padre, sabía que se trataba de cazadores de demonios quienes llegaron a su suerte para salvarla. Una de ellas era de estatura baja, tenía el cabello corto y con las puntas moradas; la otra chica lo tenía largo atado en trenzas desordenadas, con una combinación de colores inusuales: Verde y rosa para ser exactos.

—Vimos una luz que provino de este lugar, creímos que era algún compañero quien necesitaba ayuda —Dijo la peli morada, guardando su katana.

—Shinobu, no creo que haya venido del demonio. Pienso que... Esta chica uso una respiración, hay una katana ahí, pero lo extraño es que no está usando el uniforme de cazadores —Dijo la otra chica mientras señalaba la entrada del hogar de Hiroko. 

—¿Es eso cierto? —Pregunto Shinobu tomando una postura de cuclillas enfrente de ella. Hiroko asintió débilmente con la cabeza antes de botar unas palabras.

—Muchas gracias por salvarme la vida —Exclamo, antes de desmayarse en seco.

Sorprendidas ambas por la hazaña de la joven, decidieron llevarla a la finca mariposa para su recuperación. No podían simplemente dejarla ahí a su suerte, se encontraba en mal estado y otro demonio podría aparecer en cualquier momento.

[...]

Después de casi dos días por fin Hiroko despertó, abrió los ojos lentamente con la esperanza de que todo haya sido un sueño y tomaría rumbo a la cocina como siempre ha sido su rutina diaria, vería a su madre haciendo algo para comer para ella y sus hermanas. Cuando la visión dejo de ser borrosa se dio cuenta de que la pesadilla era real, ya no se encontraba en casa, ni siquiera sabía donde estaba o como termino ahí.

Parecía un centro de recuperación, bastante grande en la opinión de Hiroko. Miro con curiosidad a su alrededor a pesar del gran espacio y la cantidad de camas pareciera ser la única en esa habitación. Una chica de pelinegro entro a la habitación, se percató de que la huésped por fin había despertado.

—Hola, me llamo Hiroko ¿Sabes dónde estoy? —Pregunto, sin recibir ninguna respuesta la chica solo saco una moneda, lo lanzo al aire y una vez la atrapo dijo.

—Hola, yo me llamo Kanao Tsuyuri, mi hermana Shinobu Kocho junto con Mitsuri Kanroji te trajeron aquí después de encontrarte en mal estado. Estas en la finca mariposa. Traeré a Shinobu para que vea como te encuentras —Sin más que decir Kanao se retiró de la habitación. No tardo mucho para que Shinobu apareciera, preocupada por el estado de Hiroko y también un poco enojada.