11. Glicinias Y Demonios

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Los chicos terminaban de excavar mientras que Hiroko estaba sentada a un lado con 2 de los niños rescatados de la casa porque el hermano mayor aun ayudaba con los difuntos. La niña, Teruko, se colocó a su lado como pegamento y esto hizo que su corazón sienta melancolía. La timidez de la pequeña le recordaba mucho a Shun.

—¡Mira lo bien que lo hice! —Inosuke exclama, causando que ruede ligeramente los ojos.

—Se respetuoso, cerdito. Acabas de enterrar a personas que perdieron la vida de una forma trágica, no es cosa de juego —Dijo, lo que le hizo bajar la cabeza ligeramente. Los muchachos se desempolvan y caminaron hacia ella para reagruparse. Tanjiro arroja la caja de madera suavemente sobre su espalda, ella miro con atención. Lo que haya en esa caja al parecer es increíblemente importante, después de todo, Zenitsu arriesgo su vida por ello.

Los dos niños corrieron hacia su hermano mayor con unas enormes sonrisas en sus rostros y unas pequeñas bolsas en sus manos. Hiroko decidió regalarles unas bolsitas llenas de glicinias que le dio Shinobu, así se mantendrían a salvo y podría levantarles un poco los ánimos.

—Estas bolsitas tienen una flor muy especial, ayudara a espantar a otros demonios —Recordó haber explicado. Inosuke se paró enfrente de ella con los brazos cruzados, podía sentir su mirada desde debajo de su máscara.

—¿Por qué estas en el piso? —Preguntó en tono confuso sin quitar la mirada.

—Me lastimé la pierna, cortesía de tu descuido —Dijo bromeando e Inosuke parecía haber sentido un escalofrío que bajaba por la columna. Estaba acostumbrado a que la regañara, pero esta vez parecía muy diferente. En eso Tanjiro junto con Zenitsu, se dirigió hacia ellos.

—Los niños están de camino a casa, se sienten mucho más seguros con tu regalo. Muchas gracias Hiroko —Dijo con una sonrisa.

Un cuervo voló sobre el grupo, indicando que lo sigan con su peculiar voz chillona.

Tanjiro cargo al chico peli amarillo sobre su espalda, el chico estaba desmayado debido a que lo noqueo por no dejar a uno de los niños en paz.

La chica miro a Inosuke con ojos suplicantes mientras estiraba la mano.

—¿Me ayudas? —Pregunto con dulzura haciendo que Inosuke resople en voz baja. Solo esperaba que le ayudara a ponerse de pie y caminar sola hasta su destino; en cambio, él tenía otros planes en mente. Con sus fuertes brazos rodeo su cintura y otro debajo de las rotulas, levantándola hacia su pecho.

Chillo mientras la alzaba, mientras salía corriendo para alcanzar a los otros dos.

—¡No tenías que cargarme! —Tartamudeó mientras su cara se calienta. Él solo se queja en respuesta mientras continúa trotando. Con la cabeza sobre su pecho sentía claramente los latidos acelerados de su corazón, lo que la sonrojo aún más.

Una extraña sensación invadió su estómago de nuevo, pero esta vez 10 veces peor. Podía sentir como el olor corporal llenaba su nariz, y el calor irradiar en su cuerpo. La chica sintió como sus ojos se hicieron pesados mientras viajan, hizo todo lo posible para concentrarse en el paisaje frente a ellos.

Los árboles revoloteaban junto a nosotros. Los pájaros cantando sin cesar, pero la chica simplemente no pudo luchar contra la somnolencia que sentía. Quedándose profundamente dormida.

[...]

Un grito se disparó, la chica miro erguida. Ahora estaba oscuro, sus ojos todavía están nublados ya que acababa de despertarse, pero podía ver lo suficiente como para entender lo que estaba sucediendo.

—¡Cállate, vas a despertarla! —Grito Inosuke. Hiroko le dio un pequeño golpe en el pecho, lo que hace que la mire, podría jurar que vio una gota de sudor deslizándose desde la máscara.

Contigo (Inosuke x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora