4. Viajes

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Después de limpiar todo, los dos se dirigieron hacia la recepción. Inosuke tenía la cabeza de jabalí metida entre los brazos, muy probablemente porque quería comer lo más pronto posible y no querría tener que pasar tiempo quitándose la cabeza de jabalí. Hiroko mira alrededor del área principal en busca de una sección de alimentos. Pero tristemente, ella no encontró uno.

—Vi algunos puestos de comida en el camino hacia aquí, así que tomaremos algunas cosas de ahí. ¿Te parece bien? —Murmuro a Inosuke mientras agradece a la persona en la recepción. Él solo asiente y la sigue de cerca como un cachorro perdido. La mente de Hiroko regreso en el momento que estaban en el patio limpiándolo y se sonrojo una vez más. ¿Qué tan hambriento debería estar alguien para disfrutar que un extraño te limpie el cabello?

El sol se asoma una vez más en sus rostros cuando salen del motel, una campana sonó suavemente detrás de ellos. Aunque era considerablemente temprano, todos los puestos estaban abiertos y las calles algo ocupadas.

—¿Qué te gustaría comer? —Pregunto, dándose la vuelta para estar enfrente de Inosuke. Todavía agarraba su cabeza de jabalí en sus manos, se encogió de hombros provocando una risita de ella. Hiroko vio un pequeño banco cerca de los puestos, por lo que apunto con la cabeza hacia aquella dirección, jalando al chico detrás de ella. Quien lo sigue sin ningún tipo de queja, pidiéndole que se siente. —Quédate aquí, iré a buscar algo de comida —Dijo severamente.

—No voy a ir a ningún lado Tonhiko —Dijo sarcásticamente, haciendo que la chica infle sus mejillas por la mala pronunciación de su nombre antes de que se vaya a buscar algunos bocadillos para desayunar.

—Al menos podrías llamarme por mi verdadero nombre, después de lo que hice por ti —Dijo antes de irse. Golpeo sus dedos contra su haori mientras deja que sus ojos deambulen por todos los puestos. Había variedad de comida, ¿Cómo saber cuál escoger?

«¿Qué le gustaría a alguien como él» Pensó para si misma, y sus ojos se asientan en un puesto de Onigiri, que al verlos hizo sonar su estómago sin pensarlo. Camino hacia el puesto en lo que sacaba algo de dinero. Había tantos sabores, no sabía cual escoger, así que decidió por elegir al azar.

—Buenos días. ¿Puede darme dos de atún y otros dos de salmón? —Pregunto cortésmente, el dueño del puesto asintió. En lo que esperaba, empezó a tararear mientras el dueño del puesto colocaba las bolas de arroz en una pequeña bolsa. Hiroko sonrió, rápidamente entrego el dinero y se apresuró en regresar con Inosuke; sabia lo hambriento que debía estar.

El polvo y los guijarros crujen debajo de sus zapatos mientras regresa con el chico salvaje. Lo encontró pateando una piedra perdida con el pie, hasta que se animó al verla acercarse.

—¡Deja de caminar tan rápido! —Inosuke grito cuando alcanzo colocándose a su lado, le reprocho una mirada tanto seria, estando a unos pocos centímetros del rostro de Hiroko. Esta solo lo miró fijamente hasta que tomo la iniciativa de alejarse y tomar rumbo fuera del pueblo. Sacó uno de los Onigiri y se lo entrega al muchacho.

—No sabía que tipo de comida te gusta, así que espero que esto este bien —Dijo algo nerviosa, pensando que no le gustaría su elección de desayuno. Sin embargo; Inosuke se lo acabo tan rápido como pudo, como si estuviera varios días sin comer, lo que hizo reír a la joven. Escarbó en la bolsa sacando otro bola de arroz para que comiera, aprovechó también para sacar el suyo y darle un buen mordisco. El dulce sabor cubrió todo su paladar, llenándole de un sabor muy agradable.

El aire era mucho más suave que ayer; al igual que el sol, sus rayos no eran tan crueles a diferencia de ayer. Se podría decir que el clima era lo bastante fresco, por lo que el resto del viaje debería ser mucho más llevadero.

Contigo (Inosuke x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora