10. Tambores y Cabezazos

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—Inosuke... ¿Qué haces aquí? —Dijo totalmente atónita. No tenía palabras para describir lo que sentía en ese momento.

—Gonroko, ¡Donde te habías metido! —Dijo Inosuke, tomando ambos hombros sacudiéndola sin recibir respuesta; preguntándose, como si quiera podía decirle donde se había metido cuando él fue quien se esfumo.

—¡Te dije que mi nombre es Hiroko¡ ¡Hiroko! —Grito entre dientes, Inosuke sin preguntar la tomo de la muñeca y llevándola lejos de ahí fuera de su propia voluntad, buscando los demonios de esa gran casa. —¡Espera! ¡Zenitsu, ayúdame! ...Inosuke ya suéltame —Dijo forcejeando en vano para que el chico la soltase.

Ambos corrieron por un pasillo extremadamente largo y estrecho. Hiroko no entendía porque hacia esto y es que prácticamente la secuestro. Estaba preocupada del nuevo chico, Zenitsu. Con lo miedoso que era, no sabía si sería capaz de sobrevivir a un demonio además tenía un niño al que proteger ¿O el niño protegería de él?

De repente la velocidad descendía. Y se debía a que Inosuke dejo de agarrarla para saltar hacia la puerta que se encontraba en medio del camino, destrozándola. Parecía que quería presumir sus habilidades como siempre. En la nueva habitación se hallaba el chico con el haori a cuadros verde y un demonio cubierto de tambores en su cuerpo.

—Que irritantes que son —Dijo el demonio. Dándose paso Hiroko en la habitación mientras sacaba su espada. Inosuke se lanzó contra el demonio, hasta que un tamboreo cambio la orientación de la casa. Hiroko no podía permitir que la niña se lastimara, así que se lanzó rápidamente para atraparla y funcionar como una especie de almohada para ella.

—Chicas, están bien —Pregunto el chico de la marca extraña, asintió prestando poca atención que tenía el tobillo lastimado a causa del aterrizaje.

«Ese debe ser su técnica de sangre demoniaca» Fue todo lo que pudo pensar al levantarse con la niña en brazos, cuando la soltó la pequeña se fue a los brazos del otro chico, parecía confiar mucho en él, ¿Sera que esta niña es su hermanita?

Cuando se escuchó otro tamboreo. La habitación roto una vez más botando a Inosuke fuera de ahí, para su propia mala suerte, Hiroko bajo la guardia ese momento, perdiendo el equilibrio y cayendo en picada a la misma dirección chocando contra la pared antes de que la puerta se cerrara.

—Y ahora que... —Dijo levantándose a duras penas.

—Volvimos a cambiar de sitio maldición —Se levanto sin ninguna queja, caminando hacia la primera dirección que se le ocurriese. Dejándola una vez más sola —Apúrate tonta, no te quedes atrás.

—¡Oye, espera! —Alzo la voz echándose a correr. Pero se detuvo un momento al sentir un agudo dolor del tobillo dándome cuenta de lo que paso. Decidiendo ignorarlo —Por cierto, no me dijiste que haces aquí, cuando llegaste.

—Llevo tres días así, maldita sea. No se me da bien caminar por lugares estrechos —Afirmo antes de chocar contra la pared por no lograr girar correctamente una esquina.

Antes de lograr cruzar la siguiente esquina, una mano salió extendida de ahí con intenciones de atacar al chico. Pero Inosuke fue más rápido, lo esquivo sin problemas. Retrocediendo antes de darle frente cara a cara al demonio.

Hiroko observo al demonio con los ojos muy abiertos, sintiéndose repelida. Nunca había visto un demonio que se viera tan... robusto. Era de color gris pálido tenía ojos rojizos penetrantes con un cuerno en medio de su frente. Cuando el demonio destruyo parte de la pared, sacudió la cabeza.

—Respiración de la bestia. Estilo propio —Dijo mientras sacaba ambas espadas, abalanzándose sobre el gran demonio para cortarle ambos brazos. Inosuke era realmente muy hábil, no le dio ni tiempo en reaccionar al demonio hasta cortarle la cabeza. —Tercer colmillo: Desgarrar y devorar.

Contigo (Inosuke x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora