6. Kuro

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Una suave brisa fluyo a través de la chica, haciendo que sonría ligeramente. No era frecuente que tuvieras una brisa tan agradable como esta mientras mantenías una temperatura decente, por lo que no se quejaba. La acostaron en un futón, y tenía un vendaje atado alrededor de su sección media, podía sentir la presión que estaba aplicando sobre su abdomen.

—Eso es extraño —Se susurra a sí misma y se pone erguida en la cama. La puerta de la habitación estaba ligeramente abierta, lo que explicaría la brisa y la suave luz del sol. Mientras se mueve, comienza a toser y hace una mueca. El dolor en su pecho se apoderó ligeramente en ella, pero Hiroko podría manejarlo.

—¡Hermana mayor! —Escucho una suave voz gritando y sonríe cuando ve a su pequeña hermana; Aiko, corriendo hacia ella con sus pequeñas manos extendidas. Desde la última vez que la había visto, Aiko parece haber crecido un poco. Su cabello ónix ahora colgaba de sus hombros en una sacudida y Hiroko sonrió.

—¿Te sientes bien? —Ella pregunta en un tono de voz de niña muy pequeña, haciendo que Hiroko se ría. Ella le envía una respuesta, asintiendo con la cabeza a su hermana pequeña y mira alrededor de la habitación por sus cosas. Su nichirin estaba apoyada contra la pared, y su arco fue colocada al lado.

—¿Cómo llegué aquí? —Hiroko le pregunta a su hermana pequeña y Aiko la miro confundida. Se deja caer sobre el regazo de su hermana mayor, teniendo cuidado por supuesto, debido a sus heridas.

—Un hombre grande y aterrador con cabeza de jabalí te trajo hasta aquí. Pero se miraba, muy divertido —Explico Aiko mientras balanceaba las piernas. Los ojos amatista de Hiroko se ampliaron ante la mención del chico, ocasionándole un ligero sonrojo. No entendía como Inosuke sabia donde vivía o como si quiera llegaron.

—¿Él... Me trajo hasta aquí? —Hiroko se dice a sí misma mientras pone una mano sobre su rostro sonrojado. Refunfuñando su otra pequeña hermana entro en la habitación; Shun, quien comenzaba a preocuparse. —Shun... —Soltó a duras penas. Un nudo se le formo en la garganta al ver a su hermana.

La puerta se escuchó abrirse una vez más. Hiroko esperaba encontrarse con su madre, tal vez al igual que sus hermanas, preocupada por su salud. Sin embargo, lo que vio la dejo fría.

—Señor, no se le permite entrar aquí. Mi hermana está descansando —Ella regaña, pero eso no le impidió al chico entrar. Tenía puesto la cabeza de jabalí una vez más, parecía realmente preocupado.

Hiroko extendió una mano y el chico rio. Se dirigió hacia ella sentándose cuidadosamente al borde de su futón cerca de Aiko.

—Niñas... podrían dejarnos solos un momento, necesito hablar con Inosuke a solas —Dijo sin romper el contacto visual.

Las hermanas se retiraron sin poner ninguna queja. Una vez escucharon la puerta cerrarse Inosuke coloco su mano en la mejilla de Hiroko y sus ojos iridiscentes escanearon las de ella.

—Inosuke, ¿Cómo llegamos aquí? ¿Qué paso con la selección final? —Pregunto, sin recibir una respuesta a cambio. Inosuke se quitó lentamente la máscara.

—Hiroko... —Susurró mientras se acercaba a ella.

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—Oye, Kentoko ¡Despierta ya! —Escucho un grito demasiado brusco. Lo que provocó que sus ojos se abrieran de golpe. Su visión todavía estaba borrosa, los rayos de sol penetraban directamente sus pupilas, ocasionando mucha molesta al intentar ver. Una vez que sus ojos se acostumbraron a la luz vio dos caras que se cernían sobre la suya.

—Que. Que acaba de pasar... —Dice mientras se sienta erguida, sorprendida por las personas enfrente de su rostro.

Uno de ellos era el chico de aquella noche, Hiroko se sintió aliviada al verlo completo. Al menos estaba a salvo, eso compensa sus heridas. Mientras se sentaba, se dio cuenta que un haori de tonalidad blanca con rayas estaba colocado sobre su torso. Sin ninguna queja lo movió suavemente.

Contigo (Inosuke x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora