21. Deja que te Guie tu Corazón

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«Qué crees que estás haciendo aquí Hiroko... Deberías estar ayudando a tus amigos».

Hiroko inclina la cabeza muy ligeramente. ¿Ayudar a sus amigos? Ella resultó muy herida en la ultima batalla y creía que solo ralentizaría la misión. 

Su corazón latía frenéticamente mientras esa voz en su cabeza le repetía lo mismo una y otra vez. Hasta que recordó las bellas palabras de su amigo Tanjiro hacia Kanao.

«El corazón es lo que guía a la gente. Si lo escuchas se hace cada vez más fuerte».

—Creo que Kanao no es la única quien debe seguir los consejos de Tanjiro... —Se susurra a sí misma. —Mierda... Piensa Hiroko, piensa —Ella se silba a sí misma mientras se apresura por la pequeña habitación. 

Había dejado distraídamente su espada apoyada contra su armario, y rápidamente la agarra.

—Tengo que hacerlo.

Tiro de su haori a su cuerpo y rápidamente ata su espada a su cinturón y se coloca temporalmente la máscara del chico para que no le estorbara llevándolo en un brazo. No había forma de que Shinobu la dejara salir de la finca voluntariamente, pensaba que estaría en total desacuerdo desobedecer las ordenes, por lo que debería encontrar la forma de escabullirse en caso de topársela. 

En lo que corría por los pasillos se topo con Aoi quien guiaba a uno de los Kakushi posiblemente a una de las habitaciones, quien cargaba a una cazadora notablemente muy herida. Ella miró por unos segundos a esa cazadora; completamente segura de haberla vista en algún lado. 

—¡Hiroko-chan! ¡A donde vas, necesito que me ayudes con esta chica! —Grito Aoi a su compañera, quien se inmuto a voltear y continuo corriendo. 

—¡Lo siento mucho Aoi, tengo que ir con Tanjiro y los demás. Debo ayudarlos! —Grito la fémina.

—¡Estas loca! ¡La señorita Shinobu no va a estar de acuerdo con esto cuando se entere!

—¡Tengo que tomar el riesgo! —Grito por ultima vez, desapareciendo del pasillo y rápidamente de la Finca.  

Con forme corría, la chica deseaba a la vez que sus piernas fueran más rápido mientras iba por el camino terroso. Por su suerte los rayos del sol ya no eran tan presentes, posiblemente faltaba una hora o menos para que sea de noche. Según su cuervo, ella se encontraba mucho más cerca, pero todavía tenía un poco más que viajar a pie. Su pecho empezó a arder mientras corría, pero hizo todo lo posible para controlar su respiración. Ella ve una figura agachada cerca de uno de los arbustos y al pasar desenvaina su espada y respira hondo mientras corta la cabeza del demonio.

—¡Mensaje de la señorita Shinobu Kocho! —Exclama el cuervo mientras ella traga un poco de saliva. Esto no podría ser bueno, debe haberse enterado de que se escabulló. Shinobu tenía la energía de una madre decepcionada a veces, y eso la aterrorizaba. Su cuervo agita sus plumas y comienza a recitar el mensaje. —Hiroko, ¿¡Como te atreves!? No estas autorizada para esa misión. Espero te asegures de mantenerte a salvo, de lo contrario tu castigo será aún peor.

¿Cómo podía estar tan tranquila pero tan siniestra al mismo tiempo? Agitó su mano como una señal para que su cuervo se disipe, y comienza a correr hacia la ciudad. Ya estaba cerca...

—¿Por qué de todos los lugares tenia que ser un tren? —Ella murmura mientras aumenta su velocidad para alcanzar el tren en movimiento. Salto dentro de el dando un gran suspiro de alivio. Si hubiera llegado solo un minuto tarde, habría perdido el tren por completo. 

Mientas caminaba por el carruaje, observando a la gente sentada. Todos tenían caras delgadas y ojeras impresionantes debajo de sus ojos. Se veían tan deslucidos...

Contigo (Inosuke x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora