Las vivencias infernales de Iruma

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Quemadura 

Resumen:

Iruma tiene una gran cicatriz que él ve como algo de lo que sentirse orgulloso, nunca pensó que esta misma desencadenaría tantas reacciones de quienes le rodean.

Advertencias:

· Pasado distinto del original

· Mención de sangre y heridas

· Fluff

· Leve angst

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Iruma Suzuki había desarrollado a lo largo de los años lo que Asmodeus Alice había nombrado como "capacidad de defensa infinita", debido a que no importara que clase de peligro estuviera por atacarle, este siempre lograba esquivarlo.

Pero incluso con aquella habilidad era capaz de recibir daño. Las pequeñas cicatrices en su cuerpo debido a sus peligroso y arduos trabajos lo demuestran.

Aun así, hubo una ocasión en especial que nunca fue capaz de olvidar y de la que no se arrepentía.

Iruma recordaba vagamente la época en la que no hizo caso a su instinto por el bien de otra persona, cuando tenía 9 o 10 años trabajo en una cocina haciendo tareas como limpiar los traste y organizar las estanterías. El peli azul recordaba aquello como uno de sus mejores trabajos, su jefa era una mujer algo mayor de corazón dulce que sagradamente se encargaba de darle al menos una comida nutritiva al chico, también se encargaba de enseñarle algunas cosas básicas como leer y escribir de forma decente. Recordaba con cariño a Rinko-san

Fue un día cualquiera cuando paso, el día había sido tranquilo, algo extraño tomando en cuenta que estaban en época de turismo y el restaurante donde trabaja tendía a tener mucha clientela. Fue esa tranquilidad que hizo que bajara sus defensas, estaba empujando con la ayuda de un carrito con ruedas varios implementes de cocina y de limpieza cuando el suelo comenzó a temblar, en primera pensó que era otro simple temblor, pero no fue así, las ventanas de cristal emitían un sonido tenebroso, varias cosas y personas cayeron al sueño sin posibilidades de levantarse.