Hablar: Articular, proferir palabras para darse a entender.
Todo sucedió en un día de primavera. Lo recordaba porque los cerezos esparcían sus flores rosadas por todo el parque, y la gente sonreía, yendo de la mano con sus parejas. Como suele decirse: "El amor estaba en el aire".
Fue aquella vez cuando decidió confesarse a Neji Hyuga, su primo. Sí, quizás era una extraña idea para muchos, pero para Hinata era de lo más normal, ya que desde chiquilla se había fijado mucho en él. Con los años, ese amor había crecido, convirtiéndose en algo más.
Un día antes, le citó bajo aquel árbol de Sakura al que ambos siempre iban a entrenar y esperó hasta que él llegó. Una carta había sido el método más rápido para comunicarle el día y el lugar de su cita.
Aquel día en concreto, se maquillo y se puso su mejor kimono. Sólo quería darle buena impresión, hacer que viera que se había puesto así para él. Esperó bajo los dulces cerezos a su amado, y cuando él al fin apareció no pudo evitar sonrojarse levemente; siempre iba guapo, pero aquel día se veía especialmente bien.
—Ne-Neji-nisan… —habló ella, tartamudeando; odiaba esa manía suya.
—Hinata-sama, ¿para qué quería verme? —preguntó él, curioso.
La joven quedo callada un rato, tratando de reunir el valor suficiente para confesarle sus sentimientos.
—Ne-Neji-Nisan... yo... quería... —comenzó a hablar nerviosamente.
—¿Qué quería? —interrumpió, sin dejarla acabar la frase.
—Que-Quería decirte... que... —Hinata enrojeció de golpe e hizo una reverencia, asustada—. ¡Me gustas, Neji-san!
Neji se quedó parado; ella ni siquiera le dirigió la mirada. La escena se veía a cámara lenta, como si nada alrededor importase.
—Hinata-sama, yo... —habló el chico, y entonces ella se sintió como si le hubiesen atizado con un carbón ardiente.
—Lo siento, Neji-niisan, yo no quise incomodarte y...
Hinata salió corriendo como una flecha, pero sin embargo el brazo de su primo la agarró de una manga y la atrajo hasta él, abrazándola.
Se quedaron así durante tanto tiempo que les pareció infinito. Ella estaba roja como un tomate, aunque sorprendida por aquella reacción tan extraña por parte de su primo. Él, sin embargo, tenía los ojos cerrados y sonreía.
—Hinata-sama, a mí también.
Cuando Hinata pudo separarse de él, ambos se miraron intensamente unos segundos, para luego acercar lentamente sus labios y fundirse en un tierno beso.
La figura recortada de una pareja besándose en primavera, quedó estampada en el bello paisaje, haciendo una combinación perfecta.
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30 Vicios
FanfictionVicio: Inclinación de una persona a realizar actos contrarios a la moral establecida.