Ego: En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior. Exceso de autoestima.
Para él siempre fue más importante lo que pensasen; lo que dijeran a sus espaldas, y su prima lo había puesto en evidencia. Estaba aterrado por lo que fueran a decir, se sentía descontrolado, la odiaba. Su ego había caído en picado.
Por eso aquella noche entró a su habitación mientras ella leía, cerrando la puerta con pestillo. Ella levantó aquella mirada blanca y la posó sobre él, pero enseguida la bajó, asustada. Su tez quedó más pálida de lo normal.
—Siento lo de hoy, Neji-niisan, pero lo merecías —su voz sonó sin su típico tartamudeo.
Hinata seguía sin mirarle.
Neji sólo apretó los dientes, mirándola con ojos de asesino en serie. Rápidamente, y sin aviso, la tomó por el cuello de su ropa de entrenamiento y golpeó su cuerpo contra la pared, dejándola sin respiración.
Ahora se encontraba acorralada.
—¡Vamos, llora inútil! —gritó, con su fría mirada clavada en sus ojos—. ¿Por qué estás callada ahora, acaso no eras tan valiente hace un momento?
—No pi-pienso llorar… —tartamudeó, con sus ojos pegados a los de Neji.
—Eres tan inútil, eres una carga —sus labios se acercaron a su oído.
Ella sintió un escalofrío al notarlo.
Neji sonrió al ver las reacciones que causaba en su prima; después de todo no había perdido el control que solía ejercer en ella.
—Tan estúpida, una deshonra para el clan Hyuga —siguió hablando, soltando palabras venenosas—. Que tú hayas nacido en la rama principal nos hace patéticos ante los demás clanes.
Vio como lo seguía mirando, mordiéndose el labio para que no se le escaparan las lágrimas.
Le hacía tanta gracia su estupidez.
—Eres una asquerosa paria, tu sangre está sucia por tu debilidad —siguió, hurgando en la herida—. Una mosquita muerta, un insulto a la raza humana. Eres la mujer más despreciable de esta familia.
Hinata seguía pálida y callada, sin nada que decir; al menos eso era lo que creía el Hyuga.
—Eres una asquerosa y burda puta, una… —Neji no pudo seguir hablando, ya que una fuerte bofetada en la mejilla le silenció.
Con lentitud, se sobó la zona afectada, y poco a poco fue aceptando lo que había ocurrido: Ella le había golpeado.
Su delicada y débil prima le había golpeado. Y él ni siquiera lo podía creer.
—Ni siquiera mereces que te preste atención —le habló serenamente, como muy pocas veces había oído a Hinata—. Veo que sigues siendo un egocéntrico que sólo se fija en sus problemas.
Neji se quedó allí parado, sin hacer nada, sin admitir que por esta vez, ella lo había dejado con la palabra en la boca.
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30 Vicios
Fiksi PenggemarVicio: Inclinación de una persona a realizar actos contrarios a la moral establecida.