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"Así que solo quiero despertarme a tú lado cada mañana."

— Yo no quería venir — dice Cristian mientras bajaba del avión.

Sonny lo miró incrédulo mientras bajaba junto a él, se colocó el cubre bocas mirando a Cristian que hacía muecas.

— Pero tus papás querían conocerme — dijo encogiendo sus hombros. — Yo sólo acepté.

— Pero pudo ser después, no en año nuevo, cuando quería estar contigo — sé quejó Cristian yendo a buscar las maletas. — todos se han empeñado en arruinar mis planes.

— Yo quería conocer Córdoba — Sonny dice siguiendo a Cristian.

— Tú dijiste sí inconscientemente — Cristian tomó su mano para jalarlo e ir a recoger el poco equipaje que habían traído.

Todo había empezado un día en el que Sonny contestó la llamada de la madre de Cristian, está le habló con emoción al hablar por primera vez con su "yerno" Sonny trató de comunicarse con ella mientras iba acercarle el teléfono a Cristian. Al tener el argentino el teléfono, su mamá estaba emocionada cuando le dijo que Sonny había aceptado ir a Córdoba para pasar navidad con ellos.

— ¿Le aceptaste a mí vieja lo de ir a Córdoba? — Cristian pregunta luego de un rato al haber colgado el teléfono.

— Yo sólo decía sí a lo que me decía ella. — responde Sonny haciendo una mueca.

Cristian ese día intentó no estar de malhumor pero fue difícil para él, su mamá ya le había enviado los pasajes de avión al correo. Sonny intentó ver el lado bueno del viaje a la ciudad natal de su novio, iba a conocer a la familia de Cristian e iba estar por primera vez en Argentina, y estaba emocionado de pasar en Córdoba en año nuevo.

Salieron del aeropuerto y subieron al taxi. Sonny miró por la ventana encantado al ver el lugar, el día estaba soleado, había llegado a las tres de la tarde y estaba haciendo un poco de calor.

— Es muy bonito — dice emocionado.

— ¿De verdad te gusta? — Cristian sonríe de lado mirando a Sonny.

— Sí, me gusta —asiente para mirar a Cristian, el auto se estacionó en lo que suponía era la casa de los padres de Cristian, pagó la tarifa del taxi y bajaron.

Arrastraron las maletas adentro de la casa.  Cristian tocó la puerta mientras se apoyaba en la pared a que le abrieran.

— ¿Qué debería decir? ¿Les caeré bien? — pregunta el coreano mientras hacía una mueca.

Gordo, no te preocupes sí te invitaron es porque obviamente quieren conocerte — dice acariciando su mejilla.

La puerta se abre dejando ver a una mujer bajita con cabello corto y la sonrisa muy parecida a Cristian, Sonny sonríe regresando el gesto.

Hola, mi yerno por fin te conozco — dice feliz abrazando a Sonny, tomándolo por sorpresa, Cristian se rasco la nuca mirando la escena evitando la risa. — ¿Cómo estuvo su viaje? ¿Tienen hambre? Entren, entra las maletas Cristian.

Su madre era muy efusiva. — Buenas tardes para ti también — Dice Cristian tomando las maletas.

Su madre lleva a Sonny dentro de la casa, habían algunos familiares y sus abuelos, Cristian negó suavemente, los había visto hace unos días, pero aún así estaban nuevamente aquí. Vio como su mamá llevaba de un lado a otro a Sonny haciendo que salude a cada uno de sus familiares, mientras Cristian se acerca a su abuela para saludarla.

— ¿Tienes hambre? — le pregunta su mamá a Sonny, él asintió despacio.

Estaba demasiado tímido, el argentino se acercó acariciando la espalda de su novio para que esté sintiera un poco de seguridad.

Lo intimidas — río Cristian. — ¿Quieres Mate? — le pregunto a su novio, Sonny lo miró y negó haciendo caras.

— Sabes que no me gusta porque son amargos — se queja.

— ¿Qué clase de mate le preparas a tú novio? — pregunta la señora, viendo las muecas que hacía el coreano.

Los que me preparó yo — Dice mirando a su mamá.

— ¿Le das eso amargó al pobre? — dice, y Cristian vuelve a reír.

— ¿Y mí viejo? — pregunta Cuti.

En el patio preparando el asado — dice la mamá del argentino mientras le preparaba un mate dulce a Sonny.

Sonny estaba un poco abrumado por lo que pasaba a su alrededor, la mamá de Cristian era muy atenta con él y le agradaba la forma en la que lo trataba se le hacía muy tierna.

— Iré al patio ¿Te quedas aquí? — llama su atención.

—  ¿Ah? — confundido mira a Cristian.

— Iré al patio, ¿Te quedas aquí? — Repitió.

La señora Romero le acercó el mate, lo tomó entre sus manos, mientras miraba a Cristian, quien se cruzó de brazos mirándolo inquisitivo.

— ¿Qué? — pregunta Sonny.

— Quiero ver que lo pruebes — dice señalando con su mirada el mate.

Tímidamente Sonny acerca sus labios a la bombilla del mate y chupa de esta, toma un buen sorbo sintiendo un sabor dulce llenar sus papilas gustativas, dio otro sorbo pero esta vez más largo mientras miraba a Cristian.

— Sabe más rico que los que haces — recriminó pegandole un manotazo. — Sólo me torturabas — dice.

¿Te gustó? — pregunta la señora Romero.

Sonny mira a Cristian dudoso. — Pregunta que sí te gustó.

Sonny asiente mientras le daba el mate a Cristian, este volvió a ponerle agua y azúcar.

— Saben mejor que los que hace, Cris — sonríe tomando de nuevo cuando Cristian le regresó el mate.

El nombrado negó para salir al patio mientras Sonny se quedaba con su mamá quien por lo que pudo escuchar, le empezaba a contar cosas que había hecho en su infancia, Sonny no iba a entender la mitad de las cosas que le iba a relatar pero ella estaba emocionada por conocer a la persona de la que su hijo tanto hablaba.

Cristian no esperaba que su familia recibiera también al coreano, sabía de antemano cuán difícil era la situación que les presentaba, pero que hicieran aquel esfuerzo por él le sentaba bien, sólo quería que Sonny se sintiera cómodo, poder enseñarle cosas de Córdoba y que conociera una parte más de él, como Cristian hizo cuando fueron a Corea del Sur.

Disfrutando cada momento juntos, solo quería eso, disfrutar cada instante con él.

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Capítulo sin editar 

love dive - borradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora