32. Sam

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Ya listos para salir, solo esperábamos la señal de Rick para comenzar a ejecutar el plan, no lo había notado, pero Ron tenía una mirada perdida, no veía a nadie a los ojos, estaba casi tan pálido como Sam.

—Ron...—dije acercándome a él y tocándole el brazo—¿estás bien?

—Si...—lo dijo tan bajito que pensé no haberlo escuchado, se movió de mi lado y se puso del lado de su mamá.

Carl y yo nos miramos y nos encogimos de hombros.

Jesse estaba a punto de decirle algo a Ron cuando Rick interrumpió.

—Iré por Judith—dijo el líder del grupo

—Rick— lo interrumpió esta vez Gabriel— No me rendiré ahí afuera, pase lo que pase, no daré marcha atrás. —sentenció

—Si, eso espero. — dijo Rick mirándolo a los ojos.

Rick se desapareció detrás de una puerta y volvió con Judith, dándosela a Carl para que este la escondiera debajo de las sábanas, cada uno comenzó a revisar sus municiones y a preparar sus armas.

Vi como Carl le entregaba el arma que le había quitado a Ron —Espero que la uses con sabiduría— le espetó este a mi amigo rubio

Desde lejos le hice un gesto de desaprobación, definitivamente Ron no estaba en la capacidad mental ni física de portar un arma, ese simple hecho hizo que la presión que sentía en el pecho aumentará.

Comenzamos a bajar las escaleras con Rick en la cabeza y Carl de segundo con Judith en brazos. Rick hizo a un lado el sofá y comenzamos a bajar todos lentamente e intentando no hacer ningún ruido que nos pudiera diferenciar de las bestias podridas. Uno a uno caminamos entre los muertos, en silencio y mirando hacia abajo, cuando desde el piso de arriba comenzaron a sonar unos disparos

Deanna...

Los caminantes comenzaron a pasar a nuestro lado rápidamente atraídos por el ruido, sin prestarnos el mínimo de atención. Llegamos al pórtico de la casa de Jesse, nos miramos todos a la cara para ver que nadie se haya quedado atrás, al confirmar que seguíamos los mismos, nuestras miradas se dirigieron a lo que una vez fue la zona segura, todas las calles infestadas por cientos de caminantes. Todos nos tomamos de las manos para comenzar a caminar siendo guiados por Rick en la cabecilla de la cadena humana que habíamos creado, yo, Carl, Jesse, Sam, Ron, Gabriel y de últimas Michonne.

No habíamos terminado todos de salir del pórtico de la casa cuando escuchó una voz...

Mama...

Volteo levemente mi cabeza, casi podía sentir como mis ojos brotaban llamas a través de ellos, mire a Sam y moví mi cabeza levemente para que entendiera que debía callarse

¿Mama? — dijo esta vez un poco más alto Sam, no miraba a nadie que no fuera su mama y yo solo deseaba que Jesse se volteara para que le callara la boca al pequeño demonio de una buena vez, pero ni siquiera ella estaba mirando al frente, tenía la vista clavada en el suelo y sumisa a sus pensamientos sin escuchar nada.

Nos acercamos al estanque y allí paró Rick, haciendo que rompieramos la fila que veníamos formando desde la casa de Jesse

—De acuerdo, nuevo plan— musito Rick — Son muchos caminantes para disparar unas cuantas bengalas, están muy dispersos, separados— continúo diciendo Rick mirándonos a todos a la cara— Necesitamos nuestros vehículos de la cantera, tendremos que conducir todos para poder rodearlos, nos iremos y regresamos. 

Todos asentimos

—Está bien— dijo Jesse— Pero Judith, ida y vuelta a la cantera, me parece demasiado riesgoso

In the end. {Carl Grimes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora