8. Alexandria.

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Todos nos habíamos montado en la casa rodante, ya que el auto donde íbamos nosotros tuvimos que dejarlo al otro lado del bosque.

Maggie me hizo sentarme en sus piernas y me sostenía como si fuera una bebe, era ridículo. Pero me sentía tan bien y cómoda. Ella pasaba una mano acariciando mi cabello, Carl estaba a nuestro lado, teníamos nuestros dedos índices entrelazados.

El ambiente era algo calmado, aunque podía sentir los nervios de todos a flor de piel.

De repente la caravana se detuvo.

-Increíble, esto es malditamente increíble - Exclamó Abraham.

Todos bajamos, Abraham fue al capó y yo lo seguí. Lo levantó y soltó unas cuantas maldiciones.

-¿Que tiene? - Le pregunté a Abraham, estaba examinando el motor pero no veía nada malo, así que no podía ser eso. Estaba sucio, pero aparte de eso, se veía bien.

-La batería esta jodida- Me respondió dándole unas patadas a la parte frontal de la caravana.

-Hey, calma cabeza roja- Le dije colocandole mi mano en el brazo y con una sonrisa en mi rostro.

-¿Donde coño conseguiremos una batería niña? - Refutó este.

Levanté una ceja en señal de que me estaba cuestionando. Le hice una señal con el dedo para que me siguiera, camine al rededor de la caravana, inspeccionando, todos me veían con una cara divertida. Conseguí el compartimiento, lo abrí y le indique a Abraham que tomara la batería nueva.

-¿Como sabías? - Pregunto el pelirrojo mientras intentaba encajar la batería en el sitio donde estaba la vieja.

-Solía ir a practicar mi puntería tanto de armas como con la ballestas con mi abuelo, el tenía una parecida a esta con la que íbamos a acampar al bosque- Le respondí quitando los cables que impedían que la batería entrara perfectamente.

Bajo el capó y todos volvimos a subir.

-Que eso te enseñe cabeza de tomate que con la número seis nadie se mete- Le dijo Glenn a Abraham una vez que todos nos acomodamos, yo en las piernas de Maggie otra vez.

-Cállate chino- Respondió Abraham divertido.

-Coreano.. ¡Coreano maldita sea no es tan difícil! - Exclamó Glenn con frustración exagerada.

Todos rieron.

En algún momento me quede dormida en los brazos de Maggie. Sentí como nos deteníamos de nuevo y desperté.

-Llegamos- Me susurró Carl, apretandome gentilmente la mano.

Todos bajaron, fui la única que quedo dentro de la caravana. Me sentía abrumada. Mire por el parabrisas y pude apreciar un enorme portón. Tragué grueso y baje. Me posicione junto a Tara y Carl. Suspire pesadamente. Intentando que los nervios se fueran.

El gran portón se estaba abierto, miré la cara de todos los del grupo, y tenían una mezcla entre esperanza y temor. Volví a mirar al frente.

El portón termino de abrirse. Mostrando unas casas grandes, calles y gente caminando por ellas.. Tranquilas.. Riendo..

-Antes de que terminen de entrar. Denme sus armas. - Hablo un desconocido, supongo que el que abrió el portón, inmediatamente le apunté.

-Six, baja el arma. - Me dijo Aaron. Miré a Rick y el asintió. Baje la pistola.
-Quédense. Pero necesito las armas.- Volvió a decir.

-Aún no sabemos si queremos quedarnos.- Soltó Rick.

-Esta bien, Nicholas, deja que hablen con Deanna. - Dijo Aaron al sujeto que pretendía dejarnos desarmados.

In the end. {Carl Grimes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora