22. Ron.

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Pete tenía la katana de Michonne entre sus manos y miraba amenazante, casi de manera delirante a Rick.

Algo malo iba a pasar.

Muy malo.

—Pete, no quieres hacer esto— dijo el esposo de Deanna, quien trataba de impedir que este se acercará a Rick.

—Reg, quítate de mi camino.— hablo el mayor de los Anderson.

De pronto se volvió una escena en cámara lenta.

—¡Pete detente!

—No...—susurré.

Pete, en una mala maniobra con la katana, corto el cuello Reg, quien cayó al piso siendo sostenido por una Deanna atónita que no podía creer el estado en el que que se  encontraba su esposo.

Pete quedo congelado en el lugar al ver lo que había hecho, mientras que Abraham lo tomo y lo lanzó al suelo con ambos brazos cruzados en su espalda.

—¡Es todo tu culpa!— gritaba Pete como loco mirando a Rick.

Los sollozos de Deanna martilleaban en mis oídos, al igual que los furiosos gritos de Pete hacia Rick.

Deanna levanto la cabeza del cuello de su ya difunto esposo y dijo dos palabras, una de ellas, cargada de odio.

—Rick, hazlo.

Un disparo.

Los gritos de Pete cesaron.

Un silencio infernal.

Rick estaba cubierto de la sangre de Pete. El cuerpo de Reg yacía en el suelo y alrededor de el, un gran charco de sangre.

Sentí como un balde de agua fría cayó sobre mí, y con esto, todos mis sentidos regresaron.

Alguien se encontraba a mi lado.

Ese alguien soltaba unos sollozos de dolor.

Ese alguien era...

—Ron...—musite.

~···~

Ron había huido de mi cuando intente tocarlo para abrazarlo y decirle cuánto lamentaba la muerte de su padre—no podía culparlo—después de todo, yo estaba en el grupo de la persona que mató a su padre a sangre fría y dejo a todos los presentes llenos de su sangre.

Caminaba sin.rumbo fijo por Alexandria, vi como Rick puso el cuerpo sin vida de Pete en el maletero.

Después de todo, Pete era un asesino y "no merecía una sepultura digna"—palabras de Deanna, no las mías— por lo tanto, su cuerpo no podía descansar al lado del de Reg.

Mientras el auto salía de la comunidad, pude ver a Ron, corrí detrás de el para alcanzarlo. ¿A dónde iba?

—Ron.—lo llame una vez que ya estaba lo suficientemente cerca para que me escuchara.

Este se volteó sorprendido al escucharme.

—Ron, lo que sea que planees hacer, no lo hagas. Regresemos a la comunidad—intente razonar con el. Se notaba lo molesto y dolido que estaba, sus ojos parecían haber sido inyectados con sangre.

—¿Y si no que, Six? ¿También me dispararas?—dijo el mirándome despectivamente de pies a cabeza.

Bien. Ahora si estaba segura de que Ron me odiaba.

In the end. {Carl Grimes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora