Me desperté por las suaves caricias que sentía en mi abdomen.
Abrí lentamente los ojos y vi a Carl acostado de lado, mirando fijamente los trazos que hacía su mano. Comencé a sentir un cosquilleo por todo mi cuerpo, le di un beso en la mejilla riendo por lo bajo, desvío su mirada de mi abdomen a mis ojos, regalándome esa hermosa sonrisa que adoraba.
-Buenos días dormilona.- Dijo mi chico de ojos azules con una voz ronca.
-Buenos días bonito.- Le Sonreí.
Mire a la ventana, el sol ya estaba próximo a salir. Me senté al borde de la cama, halando mi blusa hacia abajo, tapando mi abdomen. Aun sentía un cosquilleo en los lugares donde sus dedos me habían rozado, mire hacia atrás
-Deberías alistarte e irte, si Glenn o Maggie te encuentran aquí, nos darán de comer a los caminantes.- Le dije con una expresión de horror exagerada
-Si, tienes razón.- Río por lo bajito.
Comenzó a acomodarse su camisa y yo entre al baño, me estaba bañando cuando escuche un pequeño alborto en la habitación, enrolle una toalla alrededor de mi cuerpo y salí
-Glenn, no es lo que estas pensando.- Dijo Carl con las manos arriba.
-Carl.. Sera mejor que me des una explicación o.. - Lo amenazaba Glenn con los brazos cruzados y yo lo interrumpí al salir de el baño.
Sus ojos se abrieron como platos y creí que de un momento a otro se saldrían de sus órbitas.
Sip, no fue una buena idea. Dije en mi mente.
-Hey, hey, para ahí tu imaginación perversa mi chino.- Comencé a decir yo levantando la mano.- No es lo que crees y no paso lo que piensas.- Le dije con una sonrisa
En ese instante, Maggie apareció detrás de Glenn y al observar la escena, su cara paso del asombro a la diversión, tapó su boca con ambas manos intentando contener la risa.
-¿Y que paso entonces?- Inquirió Glenn
-Solo no podíamos dormir, ambos nos encontramos en el estanque, hablamos un rato, vinimos acá, seguimos hablando y de un momento a otro, nos dormimos, eso es todo lo que paso.- Le explico Carl bajando las manos y sonriendo.
Glenn puso ambas manos a los lados de sus caderas, miro a Carl y luego dirigió su vista hacia mi y yo asentí divertida.
-Hey, aun esperamos encontrar una farmacia como tú.- Le dijo Carl molestándolo.
Maggie no pudo contener mas su risa, Glenn estaba rojo. Pero no de la pena, si no de los celos.
Reí y Carl igual.
-¿A caso es muy gracioso?- Pregunto Glenn molesto.
-¿Que me estes celando o que parezcas un loco?- Reí más fuerte.- Como sea, ambas cosas lo son.
Todos reímos y Glenn me abrazo, lo abrace igual, hundiendo mi cara en su pecho.
-Eres como mi hermanita- Dijo el coreano llenandome el corazón de amor. Me dio un beso en la frente, acción que me hizo cerrar los ojos, sonriendo.- Si le haces algo, te matare Grimes, no me importa si luego Rick me mata.- Le dijo divertido pero a su vez serio mientras lo señalaba.
-Solo pretendo ser feliz con ella.- Dijo Carl alzando ambas manos de nuevo.
-Bueno, bueno- Interrumpió Maggie poniendo ambas manos en los hombros de Carl dirigiéndolo a la puerta.- ¿Que tal si bajamos a comer mientras esperamos que Six se termine de alistar?
Glenn, quien aun me tenia abrazada, miro hacia abajo, recordando que yo había salido en toalla y se alejo rápidamente.
Maggie estaba a un lado de la puerta, haciendo señas con sus manos para que salgan, el ultimo fue Glenn, cuando estuvo lo suficientemente alejado, camino en puntitas hacia mi, inclinándose un poco hasta que sus labios quedaron a la altura de mi oído y susurro:
-Cuando llegues, tu y yo, tendremos charla de chicas, hay algunas cosas que necesitas saber.- Dijo separándose para mirarme a la cara y guiñarme un ojo.
-¿Que cosas?- Susurré, sintiendo como me ponía mas roja que la cabeza de Abraham.
Volvió a inclinarse, esta vez, de frente, su nariz y la mía se rozaban.
-Oohh Six, tu sabes de lo que hablo.- Dijo meneando las cejas para luego alejarse rápidamente.
Tape mi cara con ambas manos, sintiendo mis mejillas arder. Entre de nuevo al baño para alistarme.
N/A: Es un capítulo bastante corto, pero me lo imagine y me pareció tierno y divertido
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In the end. {Carl Grimes}
Fanfiction-¡BAJA EL ARMA!- Me ordenó aquel chico delante de mí, no pude evitar notar que tenía unos ojos azules hermosos, transmitían desconfianza, y tampoco pude evitar notar que me estaba apuntando igual que yo a el. Baje el arma, morir con un disparo en la...