Sam realmente parecía un demente.
Estaba pegado a la ventana, comenzó a girar su cabeza lentamente en mi dirección.
Se encontraba realmente mal. Mas pálido de lo normal, sus ojos hundidos y con un circulo negro en cada uno, debido a las ojeras, al mirarme directamente, sus ojos delataban el terror que su alma sentía.
— ¿Sam?
— Six... ¿Que haces aquí?
— Tengo que hablar contigo amigo...— susurre, dudosa de proseguir con lo que tenia en mente.— Necesito tu ayuda...
— ¿Mi ayuda?— pregunto
— Sí, veo que no haz salido de tu habitación en estos días...— musite, entrando lentamente a la habitación y cerrando la puerta tras de mí.
— Tengo miedo — dijo en un leve susurro, sus ojos llenándose lentamente de lágrimas
— Tranquilo pequeño, yo también tengo miedo— confesé— pero estoy segura que encontraremos una manera de salir sanos y salvos. Encontraremos la manera de alejar a estos putrefactos...— me quedé en silencio unos segundos mirando al suelo, comprendiendo que esas últimas palabras las dije porque las sentía, sentía miedo. Jamás había visto a tantos tan cerca de mí, jamás me había sentido atrapada.
—¿Lo dices en serio? ¿Tienes miedo?— preguntó agrandando sus ojos por la sorpresa
— Claro que sí, es normal tener miedo y no está mal sentirlo, está mal lo que hagas con ese sentimiento— sentencie mientras me sentaba en su cama.
—¿Eso que significa?— volvió a preguntar sentándose a mi lado.
—El miedo te hace sentir otras cosas, por ejemplo te hace actuar, te hace ser lo suficientemente valiente para ayudar a alguien o te hace correr como cobarde y salvarte solo tú y si decides eso, es lo que está mal— lo mire a los ojos diciendo esa última palabra.
El pobre Sam se quedó con la mirada en la nada, pensando mis palabras
— Por eso, necesito saber si haz visto quien entro y se llevó las municiones que cuidaba Olivia y necesito que seas honesto— lo mire directamente a los ojos.
—No, yo no vi...— lo interrumpí.
—Se que si sabes Sam. Dime y te prometo que ni tú ni la persona que fue tendrán problemas— dije.
—Esta bien— suspiró— la otra persona que vi entrar aparte de Olivia fue...— unos gritos y unos disparos lo interrumpieron.
—No salgas de tu habitación— alcancé a decir mientras salía corriendo hacia donde provenía todo el ruido.
~°°°~
Llegué hasta uno de los extremos de Alexandria, justo cuando Rick terminaba de subir a Spencer por una cuerda hasta el puesto de seguridad donde estaban Morgan, Tobin y el propio Rick, a unos cuantos metros en otro puesto de seguridad una Tara cansada había terminado de volver a estar de pie en el puesto junto a Michonne.
—¡Tara! Una vez ya casi mueres por esta gente.— exclamó Rick molesto
—¿Qué?— Pregunta Tara molesta
—¿Qué diablos hiciste?— vuelve a preguntar Rick exaltado.
Alcance a ver cómo Tara le mostraba el dedo medio a Rick.
Uy, ese gesto no ayuda en nada.
—Perdi un zapato, demonios— dice Spencer intentando aligerar el ambiente tenso
—¿Qué fue eso?— preguntó Rick puntuando cada palabra
—Quería ayudar. Quería saltar conseguir un auto y alejarlos— dice Spencer intentando recuperar el aliento.
Alcance a subir al puesto, con algo de miedo asomé mi cabeza hacia abajo, allá afuera, se veía la horda de caminantes alborotada, haciendo más ruido que antes por la genial idea de Spencer.
—¿Lo habías hecho antes? ¿Habías trepado así? Creo que no. Cualquier cosa, cualquier idea la pláticas conmigo— dice Rick, dándose media vuelta y bajando del puesto visiblemente molesto.
Miro a Spencer y solo agacha los hombros.
—¿Quieres ayudar? No hagas perder el tiempo a las personas intentando salvarte.— sentencie para luego irme.
Hola chicas! Disculpen si ya no escribo como antes, o si el hilo de la historia no es igual:( leí todo de nuevo, pero realmente no recuerdo muy bien como era todo el desenlace, todo lo que tenía planeado. Me he mudado dos veces de país mientras escribo esta historia, el cuaderno donde tenía todo anotado no se dónde está o si lo perdí. Espero que les guste❤️
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In the end. {Carl Grimes}
Fanfiction-¡BAJA EL ARMA!- Me ordenó aquel chico delante de mí, no pude evitar notar que tenía unos ojos azules hermosos, transmitían desconfianza, y tampoco pude evitar notar que me estaba apuntando igual que yo a el. Baje el arma, morir con un disparo en la...