ALESSANDRO 12

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No sé qué me pasa, pero cuando imagino a Tara con otro hombre me hierve la sangre, siento ganas de asesinar a cualquier hombre que se acerque cada vez que lo insinúa, me vuelvo loco... Me controlo para no perder los estribos, esa mujer me tiene hechizado, nunca soy así con nadie, nunca una mujer entro a mi casa solo mi madre y mi hermana, pero esa mujer me vuelve loco cuando me enfrenta me provoca arrinconarla y besarla hasta que olvide su nombre.

Pero de algo estoy seguro será mi esposa, como de lugar es la mujer que quiero como madre de mis hijos y quiero una niña igualita a ella en la primera oportunidad que se me presente, no dudaré en dejarla embarazada. La quiero conmigo, ya llevamos 1 mes conviviendo en mi casa, en las mañanas la despierto solo para ver lo hermosa que se ve.

Ella aún no baja la guardia, me llama señor, eso me vuelve loco, todo es muy formal, pero convivimos mucho, no he viajado desde que llego y a Priscila la tengo alejada con un cuento que estoy en Asia, necesito dejarle claro las cosas de una vez por todas, así no está molestándome todos los días.

He hablado con mi papá y mi hermano, dicen que estoy loco por Tara, que haga las cosas con calma y como debe ser, pero si la dejo mudarse se va a escapar de mí y estoy decidido a hacerla mi esposa.

Es una mujer supercompetente, ya se acerca su graduación, por lo que se la atrasaron por problemas de salud del director, ese día viajaré y la sorprenderé, necesito conocer a mis suegros. Ella no se imagina la sorpresa, la otra vez los llame y me presente le dije que tenemos una relación desde hace un buen tiempo quiero hacerlo formal. Les dije que a ella le da pena porque ahora soy su jefe, charlamos un buen rato y me dieron su bendición para casarme con ella, eso es lo que quería, sé que delante de toda la familia no se va a negar.

Estoy buscando la manera de ser invitado como en nuestra empresa le da apoyo a esa universidad y muchos hacen pasantías con nosotros, necesito ser yo el que vaya y no mi padre.

Así que me pongo en marcha con todos los preparativos que necesito para ese día, no hay nada que pueda detenerme, la quiero para mí si o si quiero tener un hijo, así que cuando sea mía no perderé la oportunidad, suena loco, pero es la mujer que escogí para mí y así será.  

EL SEÑOR EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora