VIAJE A ITALIA 18

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Luego del incidente en mi habitación no hablamos más de ese tema, desayunamos, nos despedimos y partimos de nuevo a Italia a trabajar en lo, que abordamos el avión, él se sentó a mi lado, hubo una turbulencia en eso, él me sujeta y dice calma ya pasara en eso nota que mi mano no trae el anillo.

Me ve y me pregunta—, ¿dónde está?—, le digo en mi maleta, él dice —, ¡no debes quitártelo, ese era de mi madre lo puedes perder!—, a lo que yo respondo, no me voy a casar, ya paso todo esperemos un mes y decimos que se cancela la boda por cualquier cosa entiende no puedes mandar en mi vida.

No eres nadie, para eso no soy un maldito robot el que manejas a tu antojo, que pensabas que no te reclamaría como te atreves a inventar un romance y ¡te pasaste con lo de pedirme matrimonio! 

Si por lo menos hubieras dicho somos novios, yo ya pudiera hoy decir que terminamos, pero hablaste con mis padres y planeaste todo esto. Tienes una mente muy retorcida, entiende, ¡no quiero nada contigo!, ¿cómo podría confiar en una persona como tú?, nunca que te quede claro de una vez no soy una muñeca de porcelana la cual mueves a tu gusto. No pensaste en mí como persona, mis sueños, mis metas, si alguna vez pienso en casarme o más importante, aun si quiero o no tener hijos, él me observa impactado y dice—,

 ¿es tan difícil entender que te amo y por primera vez en la vida Alessandro Santoro quiere dar todo por una mujer y esa mujer eres tú? ¿Maldita sea, es tan difícil casarse conmigo, te quiero hacer feliz el resto de mi vida, quiero poner el mundo a tus pies, no es eso lo que todas las mujeres sueñan? 

Jamás debí enamorarme, que te quede claro el Alessandro que conociste, nació y muere contigo, de hoy en adelante volveré hacer la persona fría y sin sentimiento que nunca debí dejar de ser. Quería darte el mundo, te di el anillo de mi madre, que más nuestra de amor y compromiso que esa, pero ya veo que todo eso no sirvió—,

está enojado y dice —, ¡si nos vamos a casar es una orden, ya te los dije! Pero ahora solo será por obligación, no esperas de mí un esposo, no te voy a tocar de nuevo, será un simple papel, mi imagen no se va a dañar ni por ti ni por nadie—. Yo le respondo, ¡a mí, ni tú ni nadie me ordena que hacer! Te seguí el juego por nuestras familias, pero ya paso tú y yo no tenemos ni tendremos nada entiéndelo de una vez, tu Ego no te deja ver todo con claridad, todo esto es por no caer rendida a tus pies, eso no es amor.

Me carga y me mete a la habitación del avión y hay discutimos hasta que se cansó y salió azotando la puerta. No puedo permitir que me imponga un matrimonio el cual no deseo, no estoy enamorada de él o eso espero yo, en mis planes no está el matrimonio y soy muy joven para tener hijos, yo no quiero jugar a la casita con nadie.

Me recuesto y no sé en qué momento me dormí, solo siento que me despiertan y es la asistente de vuelo para decirme que vamos a aterrizar, tomo asiento, me coloco el cinturón de seguridad y él no me observa en ningún momento.

Bajamos del avión, subimos al auto y él no me dirige la palabra, llegamos a la casa, saludo a la nana y subo a mi habitación.

Veo que mis cosas no están hay bajo y hablo con la nana, me dice que el señor dio órdenes de cambiar mis cosas a la habitación principal, le digo ¿cómo y con qué derecho hace eso? Subo molesta a su habitación. Él está en bóxer y me quedo observándolo, me dice —, una foto, te durará más—, reacciono y le digo ¿por qué mudaste mis cosas? A lo que él dice—. 

Eres mi mujer y como tal duermes con tu marido, se va al baño y me deja hay. Entro al closet y todas mis cosas están aquí, tomo una pijama, ya que estoy muy cansada de pelear por hoy me acuesto y caigo rendida.

Despierto y estoy sola en la cama, eso me decepciono un poco, no sé qué me pasa, creo que me estoy confundiendo. Entro al baño hago mis cosas me visto para ir a la empresa, un vestido azul rey corto con tacones y accesorios en blanco bajo.

 Y lo encuentro leyendo el periódico, me ve y dice buenos días, así seco sin más comentario, la nana llega, me saluda y dice que vamos a tomar de desayuno, él dice —, un croissant —.

 A lo que yo respondo huevos revueltos con tocino, tostadas para los dos jugos y café nana, ella me observa ríe, él me observa impactado y le digo soy la mujer de esta casa, así que se desayuna lo que yo diga, él no dice nada sigue con su periódico y la nana se va a traer nuestro desayuno.

La nana trae el desayuno y yo como super a gusto porque esto era lo que quería comer, me da lo mismo si a él le gusto o no.

EL SEÑOR EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora