LA OFICINA 19

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Luego del desayuno nos fuimos a la oficina, Alessandro no me dirige la palabra, solo me abre la puerta como el caballero que es, está muy enojado desde el avión y como sigo sin usar el anillo.

Paso el día superrápido, trabajando, almorcé con algunos compañeros de trabajo que solo buscan información sobre mi relación con el jefe porque suponen que soy su amante. 

A las 6 me dirijo a su oficina a ver si ya nos vamos a la casa, al entrar veo a Priscila tomando un trago y a Alessandro muy a gusto platicando con ella en el sofá de su oficina, digo buenas noches y él se sorprende seguro pensó que nunca iría a su oficina.

La modelito cuando me ve dice—, Alessandro, amor, ¿por qué conservas a esta mujercita en la empresa?—, él le dice —, ¡compórtate! Ella lo besa, en ese momento él sigue el beso, yo me muero de rabia, no supuse que actuara así.

 Me provoca sacarla por el cabello, pero digo buenas noches que la pasen bien por mí, no se preocupen y me voy no sé si molesta o decepcionada, pero no de el sí, no de mí, sé que muchas veces le he dicho que no quiero nada con él. Pero ahora verlo con ella me ha dolido, me siento traicionada y ¿todo lo que él dice sentir por mí se le olvida tan rápido? Ósea soy su prometida, no debería respetarme, darme mi lugar, salgo caminando, le escribo a mis amigas sos ese mensaje es para casos de emergencia.

Llego a una tasca y pido un trago, me lo tomo de un solo golpe, en eso suena mi celular y son mis amigas, me voy a una mesa y les cuento todo por la videollamada Camí dice —, amiga que fuerte—, y Karina lamento todo esto gorda, ¿pero creo que estás enamorada hasta los huesos?—. 

Esa frase me da muy duro, ya que yo sospecho eso desde que salí de esa estúpida oficina, en eso me baja una lágrima y mis amigas dicen —, cariño tranquilo, recuerda algo, tú eres la jefa ahorita eres su prometida quieras o no. Y eso lo puedes usar a tu favor, ¡donde está la Tara malvada, ¿no pareces tú? Agarrarte del lugar que él te dio en su vida y muestrales quién eres tú, que contigo no se juega, lo verás arrastrado a tus pies. 

Así que te pones un vestido bien sexi, te arreglas delante de él y te vas a una disco lástima que no podemos viajar hasta noviembre, amiga, pero te amamos, estamos para ti mi amor —, y así me despido de ellas pensando en lo que me han dicho-

Cancelo los tragos que consumí y salgo de hay dispuesta a verlo rogar por mí, tomo un taxi pensando que debo comprarme un, auto no puedo estar dependiendo de él y menos después de lo que me hizo, ya me vas a conocer Alessandro Santoro.

EL SEÑOR EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora