El doncel.

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Suspire un poco y mire al techo de mi habitación, había sido un día extraño, apenas estaba de regreso al palacio después de visitar a Hoseok, uno de mis hermanos, en el reino de Japón, las cosas estaban muy tensas y él había viajado por motivos imperiales a buscar la paz y afianzar acuerdos comerciales, pero cuando toco viajar a China, bueno prefirió que me quedara en Corea, se rumoraba que el hijo del emperador era muy conocido por su gusto por los donceles jóvenes, no quería que le gustara y entonces si tuviéramos un problema.

Conocer a Jimin fue un giro muy refrescante en mi vida, la verdad es que regresar al palacio se sentía extraño, yo no quería volver, en Japón me consideraban un príncipe y me trataban con respeto e incluso admiración, pero aquí, bueno, aquí volvía ser el estorbo, no quería regresar.

El viaje me había ayudado, casi cuatro meses fuera fueron muy renovadores, podría al fin seguir adelante, podría al fin dejar de pensar en él, dejaría de verlo de otra manera, dejaría de sufrir de pensar en él con ella.

Pero todo ese trabajo se fue por el precipicio cuando lo vi, iba saliendo del palacio principal y yo estaba apenas por entrar para ver a mi hermano, se veía hermoso, imponente y sobre todo se veía muy familiar.

Aún recuerdo la primera vez que nos vimos, el apenas era un joven de 15 años y estaba entrenando para convertirse en capitán del ejército imperial, la química fue instantánea, nos convertimos en mejores amigos y fuimos muy felices durante muchos años, cuando mi madre murió y me confeso que realmente yo era un doncel, bueno todo se arruino, las cosas entre ambos se tornaron incomodad y el rápidamente comenzó a buscar esposa, supuse que era para que no pensaran que yo podría gustarle, al poco tiempo la emperatriz madre le pidió a la emperatriz que aprobara el matrimonio de Lee Choi con su hija y eso hizo, ambos se casaron exactamente hace un año.

Mi vida dejo de tener mucho sentido después de eso, cuando mi hermano fue nombrado emperador tras la muerte de la emperatriz Min todos los príncipes y princesas perdieron su título, solo yo lo conserve porque mi hermano sabía no tenía a donde ir, nadie se casaría conmigo y vivir un doncel solo es mucho riesgo.

La vida aquí se volvió triste y sombría, la emperatriz madre tomo el título después de que la emperatriz muriera y con eso todo fue peor, no podía decirle a mi hermano como eran las cosas realmente porque él ya tenía demasiados problemas, pero en verdad estaba agradecido de haber conocido a Jimin.

Suspire de nuevo y me gire en la cama, tenía que dormir porque mañana tenía que ver a mi hermano y hablar con el sobre los avances de Hoseok con los japoneses y chinos.

***

Al día siguiente comencé mi rutina, desayune en el hermoso jardín de mi pequeño palacio y me aliste con ropas frescas para poder ir al palacio principal donde estaba la oficina del emperador.

— mi señor — dijo una de las chicas que me asistían — la emperatriz madre — hablo en voz baja

Me puse de pie y antes de entrar a la zona del recibidor suspire un poco y baje la mirada, entre y me incline suavemente.

— emperatriz madre — dije en voz baja sin levantar la mirada

— Seokjin — dijo en voz molesta — ¿Por qué no avisaste de tu regreso? — pregunto despectivamente

— el embajador me solicito regresar antes — dije hablando sobre Hoseok

— eso no importa, tu debiste pedirme permiso para regresar — hablo en voz baja suspirando fuertemente — deberías haber ido a China con él, fui muy clara

— el embajador me dijo que no viajaría con ellos, si yo iba seria por mi cuenta, me ordenaron regresar — dije diciendo las mismas palabras que mi hermano me dijo