3 4 S E O K J I N

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Había pasado exactamente un mes desde que habíamos llegado como esposos a china, el emperador era un hombre atento, amable y dulce, pero este palacio al igual que el de mi país se manejaba como un sistema político que era más complejo de lo que parecía.

La única clara ventaja era que no había un harem aquí, pero eso no quería decir que este palacio fuera menos complejo, la corte entera venia casi a diario a platicar a conversar y estar en los jardines privados, era casi como tenerlos aquí viviendo conmigo, la mayoría de las mujeres eran muy amables, los únicos dos chicos donceles eran casi mis mejores amigos y todo marchaba sobre ruedas.

Bueno eso era casi una mentira, había algunas mujeres que no me querían en este palacio, la mayoría eran la familia directa del emperador, es decir las esposas de sus hermanos, me miraban hacia abajo y sus sutiles comparaciones con ellas me hacían sentir pequeño la mayoría del tiempo pero podía evitarlas tanto como me gustara.

Por otro lado, el eunuco del emperador me hacia la vida imposible, me impedía verlo cada que podía y su mirada estaba siempre llena de envidia y odio, tenía que vigilar lo que comía porque mis sirvientes encontraron romero en algunas de mis comidas y sabía él tenía mucho que ver en eso.

— de nuevo se ha perdido su majestad — contesto él doncel Joon, era un alegre chico de apenas 18 años, era joven pero su familia lo caso apresuradamente, aunque era una fortuna que su esposo, aunque era mayor lo cuidara tan bien

— lo lamento, me fui un segundo del palacio — dije mirando las altas murallas que abovedaban el palacio principal

— ¿le gustaría salir? — pregunto sonriéndome — yo iré al pueblo para buscar una telas nuevas que llegaron de corea, si gusta puede venir conmigo

— ¿si puedo salir del palacio? — pregunte

— tengo entendido que si majestad — contesto algo dudoso — puede preguntarle al asistente del emperador

— no creo que quiera ayudarme, sabes que me odia — conteste suspirando

— entonces puede preguntar al emperador majestad, si quiere puede esperarlo aquí — dijo sonriéndome

Supongo que preguntar no estaría mal, deseaba salir un poco del palacio, solo mirar el mercado sonaba increíble.

— espera un segundo, iré a preguntar — dije emocionado poniéndome de pie caminando a la oficina del emperador rápidamente.

Cuando llegue frente a la oficina lo dude un segundo pero de todos modos trate de convencerme que no hacía nada malo, suspire un poco y estaba por empujar la puerta cuando alguien me asusto.

— ¿Qué crees que haces?, no puedes simplemente interrumpir — era el asistente de su majestad

— quería preguntar al emperador si podía salir del palacio con el doncel del clan Shu al mercado — conteste apresuradamente

— no puedes pasar, no estamos en tu salvaje corea para que hagas lo que quieras — dijo empujándome alejándome de la puerta

— solo quería preguntar — agregue algo herido por sus palabras

— la respuesta es no — dijo sonriendo

— pero si el emperador pudiera...— en ese momento la voz del emperador se escucho

— al fin llegar, ven quiero que tomes notas — dijo al chico sin mirarme

— si majestad en seguida — dijo el chico sonriendo ampliamente

— Seokjin — contesto el emperador sin mirarme

— majestad — dije inclinándome — me gustaría...— no pude terminar cuando hablo

— dile a Yun, lo que él diga — contesto levantado la vista de sus documentos dos segundos — nos vemos

El chico me miro y con sarcasmo sonrío.

— la respuesta es no — dijo antes de cerrar la puerta del despacho en mi cara

Suspire un poco y regrese por mi camino sin querer pensarlo mucho, cuando regrese con el doncel Shu este me esperaba con los ojos sonriéndome.

— ¿podemos ir majestad? — pregunto

— lo siento Joon — conteste suspirando — el emperador no me miro, dijo que Yun tenía la última palabra y pues él dijo que no — hable desanimado — pero ve por favor, no quiero interrumpirte — agregue sonriéndole

— de verdad lo lamento majestad, si no tuviera que ir le haría más compañía, pero necesito ir así que me retiro — dijo inclinándose

— descuida, ve con cuidado por favor — contesté y entonces lo vi partir.

Regrese a mi palacio y me dedique a pintar un poco frustrado, antes en corea mis pinturas, que no eran demasiadas, era alegres con colores claros y luz, pero ahora, me sentía triste la mayoría del tiempo así que ahora todos mis dibujos eran grises o tristes, en su mayoría dibujaba el cielo pero siempre había un pequeño pedazo de muralla.

Suspire y mire mi dibujo, estaba bien pero era lo mismo de nuevo, una muralla, agobiado solo pude atravesar un brochazo negro en medio del dibujo, arroje el pincel al piso y con mis manos tape mis ojos frustrado.

— majestad, ¿se encuentra bien? — pregunto uno de mis más antiguos sirvientes, a quien traje conmigo a china

— solo arroja el cuadro al recoveco donde están los demás — conteste llorando suavemente. 

El doncel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora