1 0 Y O O N G I

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Estaba molesto, estaba frustrado y estaba irritado y el silencio estaba matándome, suspire y grite al chico de pie detrás de mí.

— deja de seguirme Jeon — le grite molesto

— perdóneme majestad, no puedo dejar de seguirlo — dijo en voz baja

— entonces di algo, lo que sea, odio el jodido silencio que estás haciendo — la noche era fresca y estaba caminando por un lado del lago, solo estábamos Jungkook y yo

— la noche es hermosa majestad — dijo en voz suave

— deja eso — dije suspirando sentándome en el piso — ven aquí, se mi amigo — él se sentó junto a mí y suspiro miro al cielo.

— las estrellas se ven más hermosas aquí — dijo sonriéndome

— dime que hice mal las cosas, dilo porque sé que es lo que quieres decir — dije suspirando

— como tu amigo, si lo hiciste mal, pero te entiendo y sé que en el fondo Jimin lo hace también — dijo en voz baja suspirando

— no sabía que eran amigos – dije en voz baja

— me pides que lo vigile y que lo cuide, pero no me quieres cerca, ¿Qué puedo hacer?, no me dejas ayudarlo, solo verlo — dijo riendo sarcásticamente — es la orden más confusa que me has pedido seguir

— no es mi mejor orden lo admito — dije riéndome, pero rápidamente me puse serio — lo hice mal — suspiré pesadamente

— tendrás mucho con lo cual lidiar — dijo sonriendo muy apenas — Seokjin estaba ahí

— ¿Cómo?, ¿Por qué mierda no me dijiste? — dije angustiado

— no me dejaste, me mandaste callar — dijo encogiéndose de hombros

— me debe de odiar — dije tristemente

Sabía que había hecho mal las cosas, no quería hacerle eso al doncel pero estaba todo siendo una mierda, estaba ahogándome en problemas y él no estaba ayudando, había dejado ir al embajador, alguien con quien me urge hablar y este niño lo deja ir, podrían matarlo ahora en la noche y jamás podría hablar con él.

— no creo que te odie, escuche un poco su conversación después de que salí de la tienda, Jimin le decía que no eras así realmente, que estabas muy estresado

— ahora me siento peor, gracias — dije tomando mi cabeza con ambas manos

— todo se puede arreglar, solo necesitas pedir perdón — dijo mirándome divertido

— no sé cómo hacer eso — dije frustrado

— ¿puedo preguntarte algo? Como amigos, no como mi emperador — pregunto con cautela

— adelante — dije suspirando

— ¿te molesta si estoy cerca de Jimin?, lo digo por lo último que dijiste — hablo en voz baja

— no lo sé — hable suspirando — me siento extraño si sonríe contigo o si hablan como si nada pudiera interrumpirlos cuando están solos — dije honestamente

— sabes que no me gustaría jamás, yo tengo al amor de mi vida — dijo sonriéndome

— ese niño es un ciego si no lo nota — dije riéndome

— no importa, esperare el momento adecuado y entonces me casare con él — hablo sonriendo

— entonces te regalare unas tierras grandes y una casa hermosa – dije riendo

Después de platicar unos minutos más decidí que era momento de regresar a la carpa, estaba agotado y apenas era el segundo día, estaba muy cansado como para poder seguir con este ritmo un poco más.

El doncel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora