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El emperador regresaba el día de mañana y la verdad no estaba preparado para eso, aun no sabía cómo procesar toda la información que tenía hasta el momento, mi hermana regresaba al palacio hoy con el embajador para que pudiéramos presentarlo con el embajador Jung Hoseok.

— ¿ya decidiste que movimiento vas a hacer? — pregunto Tae tomando un poco de su té

— pienso ser honesto con su majestad, le diré la verdad, tengo pruebas — suspire un poco y mire mis manos

— te va a creer, tengo seguridad en eso — hablo sonriéndome

— pero dejemos eso de lado, ¿Cuándo vas a decirme que te escapas a ver al capitán cuando no me doy cuenta? — pregunte haciendo que se ahogara un poco con su bebida

— pero como ...— dijo medio apenas

— pues me doy cuenta de todo, lo primero que me hizo sospechar fue que te veía extrañamente feliz — dije sonriendo de ver su expresión avergonzada — después de eso, cuando vi la mirada del capitán supe que algo pasaba, así que habla

— cuando fui a buscarlo para averiguar sobre el general, me pidió lo viera al día siguiente en el jardín, fui a verlo y me pidió camináramos juntos, me dio algo de información pero dijo que podía darme más si seguía viéndolo — dijo sonrojado

— supongo que fue un gran sacrificio — dije con sarcasmo

— el capitán es un hombre respetable y honorable, yo solo soy un chico sin importancia — dijo sonriéndome levemente — no quiero arruinarlo

— Tae, eres un chico increíble porque sabes el valor de la lealtad y la honestidad y cree lo que te digo, eso es lo que más se aprecia en este palacio cuando todos tenemos secretos y enemigos — dije tomando su mano suavemente

— como sea, eso se acabó, ya tenemos la información que queríamos, ya no necesito verlo de nuevo — termino su té

— Tae — dije sonriéndole, sabía que el capitán no se daría por vencido tan fácil

— olvídalo Jimin, es pasado — dijo agitando su cabeza levemente — preparare la comida para el embajador y su esposa

— gracias Tae — mi amigo simplemente se puso de pie y salió rápidamente rumbo a la cocina.

Sin mucho más que hacer y tratando de silenciar mis pensamientos saque mi pequeña libreta y comencé a dibujar, sin pensar en nada, solo dejando que el lápiz se moviera levemente por el papel.

Los trazos eran suaves y delicados, unos ojos comenzaron a formarse, después unas cejas y al finalizar unos labios, agité un poco mi cabeza y vi que en efecto estaba dibujando al emperador, continue dibujando cada pequeña facción, su leve lunar que tanto se esmeraba en ocultar, sus enigmáticos ojos y suaves labios.

Miré el dibujo después de un momento y era muy similar, sonreí un poco y ahora comencé a dibujar solamente sus ojos, recordando aquella ocasión en el lago donde esos rasgados y enigmáticos ojos me miraron de manera suave y dulce, cundo termine de dibujar escribí junto a ellos.

¿Podrán estos ojos mirarme como algo más que una herramienta para un fin?

— mi señor, el embajador Wang y su esposa están aquí — hablo una de las sirvientas

— gracias Lin, llévalos al salón y avisa en cocina — me puse de pie y guardé mi libreta entre mis ropas

Camine a paso suave por el pasillo de mi habitación hasta la zona del saloncito donde mi hermana y el embajador esperaban, se notaba tensa la situación, se veían preocupados.

El doncel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora