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Habían pasado ya dos semanas desde que el emperador comenzó a dormir en mi palacio todas las noches, eso ocasiono que en efecto una parte del harem se enojara, la emperatriz madre no estaba feliz, la primera esposa estaba desolada y el resto de mujeres me miraban con envidia.

El emperador solo dijo que dormía aquí porque estaba tranquilo y quería paz unas semanas y esa paz me estaba costando que mi suministro se viera aún más mermado, estaba rozando lo preocupante así que ahora estaba de camino a hablar con Jungkook para ver si era posible que me dieran suministros para el emperador.

— capitán Jeon — dije saludándolo, el me miro y sonrió ampliamente

— concubina — dijo inclinándose — ¿en qué puedo ayudarlo?

— seré directo capitán, mi suministro para el invierno fue muy poco y las semanas que el emperador ha estado en el palacio del aire han mermado aún más esa pequeña cantidad — dije suspirando

— pero el emperador dio suficientes suministros para todas — dijo extrañado

— por favor no cuestione la distribución, solo ayúdeme — dije suplicante — a este paso el emperador sabrá que no me queda nada

— eso sería bueno, ¿no lo cree? — pregunto

— no, porque él fue muy claro, no le importa mi vida en el harem, entonces no se si mi dignidad pueda resistir que me diga que no le importa — suspire bajando la mirada

Era verdad, no me veía capaz de soportar que el emperador me dijera que le importaba poco que muriera de hambre.

— Jimin — dijo mirándome tristemente — no te preocupes, mandare de mis suministros personales, nadie tiene que saber, pero si su majestad pregunta le diré — advirtió

— no preguntara, no le importo — dije sonriéndole — muchas gracias

— te mandare suministros esta tarde — me sonrió y se inclinó retirándose.

Esa misma tarde como lo prometió lo suministros llegaron a mi palacio con la mayor de las discreciones, agradecí enormemente poder contar con el capitán en momentos así.

Estaba en el jardín cuando el asistente del emperador entro.

— concubina — dijo, me incline y escuche el mensaje del emperador — ayer fue mi última noche en tu palacio, gracias por tus servicios — el hombre se inclinó y se fue del palacio

Suspire un poco aliviado por que dormir en el piso era una sensación completamente incomoda.

— Tae — dije a lo que mi amigo me sentó a un lado mío — cambia las sábanas de la cama — hablé sonriendo

— claro mi señor — dijo en voz tan baja que apenas lo escuche, se retiró rápidamente

— al fin — dije sonriendo

Mientras aún era de tarde decidí ir a visitar al príncipe Seokjin a su palacio, ya que el emperador estaba conmigo no había podido verlo y él no se atrevía a interrumpir, cuando entre pase saludando a los sirvientes porque era muy normal que yo estuviera aquí de visita varias horas al día.

— príncipe — dije sonriéndole mientras que entraba a la sala viendo como el general estaba inclinado dejando en la mesa de centro una carta — general — hable algo aturdido, me incline levemente

— concubina — se inclinó y me sonrió muy levemente — por favor príncipe, espero puedan mis palabras llegar a usted — dijo antes de ponerse de pie e irse

Algo aturdido me senté junto a Seokjin quien se veía muy sorprendido.

— ¿todo en orden? — dije tomando su mano

El doncel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora