3 7 S E O K J I N

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 Me pregunto si Jimin o mis propios hermanos me reconocerían si me vieran en este momento, me había convertido en lo que sea que el emperador Kim quisiera, habían pasado tres meses desde aquel día y ahora era un doncel ideal.

No importaba que tanto me exigieran mis maestros o lo mucho que me presionaran para hacer algo, lo hacía, me pedían planas interminables las hacía, me pedían aprender libros de memoria lo hacía, había aprendido a sobrevivir con el mínimo de sueño y comida, ahora podía no comer nada en todo el día o podía no dormir por un par de noches y no importaba.

Inclusive el emperador me había solicitado un par de veces para satisfacerlo y eso estaba bien.

Me negaba a deshonrar a mi clan y mi país si me regresaban, me aferraba a la idea de quedarme porque me aterraba lo que podía pasar si ya no era necesario de algo aquí.

— majestad, ¿se encuentra bien? — pregunto Joon mirándome alarmado, ahora me encontraba en una de las reuniones a las que se me había permitido asistir y estaba algo cansado

— si claro — dije sonriendo ampliamente

— le sangra su nariz — dijo nervioso

En ese momento me gire dando la espalda a todos, suplicaba al cielo y los dioses que nadie más lo notara, rápidamente mi sirvienta me dio trapos y limpie todo sin dejar rastro de la sangre.

— ¿debería llamar al médico majestad? — pregunto Joon haciéndome alarmarme

— no — dije en voz baja en pánico — por favor no es nada, solo olvídalo

— pero majestad — dijo mirándome preocupado

— te lo imploro, no digas nada, nadie lo vio, solo ignóralo — dije suplicante

— entiendo majestad — contesto mirándome pero asintió

Respire suavemente y entonces me relaje, después de un poco más de platica y de que conviviéramos era momento de ir a una de mis clases.

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N A M J O O N

Camine a paso lento por el jardín, me reuniría con algunos de los miembros de la corte y ahora estaba caminando solo un poco para estirar las piernas, vi una de las bancas y me senté un segundo para relajarme, en ese momento el médico Shu y su concubina entraron en el espacio pero aprecia no habían notado mi presencia.

— ¿seguro que sangraba? — pregunto el señor Shu preocupado

— así es mi señor — contesto su doncel

— debiste llamar al médico de inmediato mi doncel — contesto suave

— lo intenté mi señor, le pedí que me permitirá llamar al médico pero su majestad se negó — dijo preocupado

¿su majestad?, ¿estaba hablando de Seokjin?

— ¿puedes ir a verlo?, si vas tu puedo ir yo y si se ve mal lo notare rápidamente — contesto el doctor

— está en clases, sale hasta la noche, juro que su majestad no está bien, creo que ha bajado de peso — dijo el chico muy preocupado, en ese momento su esposo lo abrazo y tranquilizo, ambos comenzaron a alejarse rumbo a la salida donde estaban los carruajes.

Me puse de pie y a paso rápido camine al palacio de Seokjin, no quería interrumpir sus clases así que esperaría a que saliera.

Entre al palacio y camine hasta el pequeño salón, los sirvientes me vieron y rápidamente se acercaron.

— majestad — dijo la señora que vino con el príncipe de corea

— continúen su trabajo, esperare a su señor — conteste

El doncel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora