Solo pude alcanzar a sostenerlo antes de ver como se desplomaba sobre una de las mesas y sillas del gran salón, sus sirvientes rápidamente corrieron a ayudarlo al igual que el doncel del clan Shu.
— Seokjin, Seokjin — dije en voz fuerte agitándolo pero no parecía despertar.
Su nariz sangraba y sus labios se movían suavemente.
— no pasa nada — decía en voz baja tratando de abrir los ojos — estoy bien
— para por favor, no estas bien — dije en pánico, el doctor Shu comenzó a revisarlo y hablo.
— se está quedando sin aire su majestad — decía examinándolo
— podemos aflojar su faja — dijo su sirvienta mayor llorando
— ¿trae faja? — pregunte
— así es majestad — dijo sin mirarme comenzando a mover sus manos frenéticamente sobre su pecho aflojando los nudos que dejaban rojo sobre su delicada piel.
— debemos desvestirlo majestad — contestó el doctor.
Sin pensarlo lo tome en brazos y lo lleve a mis aposentos.
— venga doctor — dije al médico Shu — su doncel puede venir
Sin esperar a saber si me seguían comencé a caminar hasta que llevé al doncel a mis aposentos donde lo coloqué suavemente sobre la cama.
Entonces las dos sirvientas con el doncel Shu comenzaron a desvestirlo del pesado traje entonces note sus costados rojos con morado, parecían golpes.
Respiré y cerré los ojos mientras el doctor comenzaba a examinarlo, se movía rápidamente y su doncel le proporcionaba lo necesario de su maletín, después de varios minutos de angustia el doctor se giró y su doncel tapo el cuerpo de Seokjin.
— felicidades a su majestad, la emperatriz se encuentra en estado, aproximadamente de un mes — contesto el doctor
— felicidades a su majestad — dijeron todos al unisonó
— ¿Cómo se encuentra? — pregunte aun sorprendido
— tal parece que el bebé está en perfecto estado, le falta peso pues su latido es débil pero con la dieta adecuada el futuro príncipe estará en orden — contesto el doctor pero negué
— ¿Cómo esta Seokjin? — pregunte mirando al delicado chico
— se encuentra bajo de peso, el embarazo consumía lo poco que comía, pude notar algunos golpes en sus costados, esos son recientes, diría como mucho del día de hoy, sus manos por otro lado tienen golpes muy fuertes y maltrato constante, necesitaría examinarle despierto pero creo que tendrá problemas a futuro permanentemente — agrego suspirando
— llamen a el señor Wang Jiaer de inmediato y a la esposa del embajador Wang — conteste y el sirviente se movió rápidamente — gracias por su servicio doctor Shu, ¿le molesta si hablo con su doncel?
— adelante su majestad — dijo y el doncel se acercó nervioso hasta mí
— ¿tienes idea de que le ocurre a Seokjin? — pregunte
— no majestad — dijo pero pude notar algo en sus ojos
— pero crees saberlo, habla — dije sentándome en la orilla de la cama
— su majestad era feliz antes, sonreía más y brillaba mucho, pero un día el eunuco Yun le dijo que ya no podíamos vernos porque él era torpe y lento y un salvaje y por órdenes del emperador debía civilizarse y tomar clases — en ese momento mi hermano entro por la puerta
— me ha llamado su majestad — dijo sonriéndome, pero al verme su sonrisa se esfumo y camino a paso lento hasta mí — ¿Qué necesitas? — hablo en voz baja hincándose junto a mí
— todos esperen fuera — dije y todos incluso los guardias salieron de mis aposentos — algo ha estado pasándole a Seokjin en este palacio, no sé el que pero quiero que averigües todo, no me interesa lo que tengas que hacer hermano, solo dame información — hable mirando al delicado doncel suspirar y mover sus labios sin sentido.
— con tu autorización hermano mío, hare lo que me pides — dijo en voz baja
— tienes toda mi autorización, hazlo — entonces me gire y tome suavemente la mano del doncel.
Confiaba en Jiaer para hacer las cosas bien.
J I A E R
Había salido de los aposentos del emperador dispuesto a todo, los que lograron ver mi rostro supieron que el mismo infierno estaba por desatarse, si no conseguía lo que yo quería entonces tendríamos problemas, suspire y mire a las dos sirvientas y al doncel Shu.
— por orden de su majestad el emperador estoy en estado máximo, así que lo mejor es que cooperen para poder solucionar el problema — dije sonriendo — doncel Shu, doctor, por favor síganme quiero hacerles unas preguntas
Después de interrogarlos a ambos el doncel Shu tenía sus teorías y estas estaban dirigidas a Yun, pensaba que el esposo del emperador le tenía miedo.
— vamos al palacio de la emperatriz — hable en voz fuerte, ambas sirvientas no sabían si seguirme o no así que hable firme — síganme
Cuando entramos al palacio comencé a examinar el lugar, era indigno de la emperatriz del imperio chino, era pequeño, lúgubre y sencillo, examiné los aposentos y la cama era dura y pequeña, la despensa estaba casi vacía y el pequeño salón estaba lleno de libros y deberes por hacer.
— ¿Qué es esto? — pregunte a las sirvientas quienes miraban todo asustadas.
— los deberes de su majestad — dijo la sirvienta más joven.
Comencé a leerlos y era ridículo, leer libros completos, contestar preguntas complejas y hacer planas interminables.
— ¿su majestad hace la tarea el solo? — pregunte sorprendido de la cantidad de deberes, ninguna de las dos mujeres contesto — he hecho una pregunta — les grité
— lo lamento mi señor, su majestad nos pidió nos decir nada — dijo la mujer mayor asustada
— hablen, será mejor que sea por las buenas, no quiero tener que recurrir al centro de castigos del palacio — conteste
— yo.... Yo le ayudaba con las planas — dijo la chica asustada — pero es solo porque su majestad se quedaba dormido, son demasiados deberes — se apresuró a agregar, supongo que pensaba metería a su majestad en problemas
— lo lamentamos mucho, no volveremos a intervenir — la mujer mayor se inclinó en el piso y pego su frente al piso, la chica rápidamente hizo lo mismo.
— no estoy regañándolas y tampoco a su majestad, solo estamos preocupados, el emperador quiere saber que está mal con su señoría — dije y ambas se pusieron de pie — puedo ver que saben que estaba pasando, así que hablen —conteste suspirando tomando asiento.
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El doncel.
FanfictionSer doncel jamás fue sencillo, mi familia dejo en claro que era algo que no deseaban y mucho menos algo que la sociedad aceptara tan fácilmente, pero jamás pensé mi vida cambiaria hasta este punto, por que el palacio real era no solo un laberinto po...