De nuevo tú

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Capítulo 22.

Canción sugerida: The Platters - Only You.

«Solo tú puedes hacer que este mundo
parezca correcto.
Solo tú puedes hacer que la oscuridad brille.
Solo tú, y solamente tú, puedes entusiasmarme como lo haces tú.
Y llenar mi corazón con amor sólo para ti...

Solo tú puedes provocar este cambio en mí, porque es verdad, tú eres mi destino.

Cuando me tomas de la mano,
comprendo la magia que haces.
Eres mi sueño hecho realidad,
mi único amor, eres tú... »

Punto de vista de Enid Sinclair.

Escuché claramente lo que Merlina le había dicho a Dedos, eso de ayudarme en los deberes. Me daba mucha ternura saber que ella estaba preocupada por mí y no sólo eso, sino también saber que me había obsequiado un nuevo teléfono.

Una vez que ella se fue, y dejé se sentir su olor y sus pasos, chillé emocionada.

—¡Dedos, mira ésto! —señalé alegremente mi nuevo celular, encendiéndolo. Dedos saltó y comenzó a observar el aparato. Enseguida comencé a hurgarlo, ya saben, a ver qué tal...

Me adentré en los contactos y noté que había un solo número agendado y era el de ella, con un simple «Addams, Merlina» rodé los ojos y edité el contacto renombrandolo «Mi pequeña ama de las sombras» sonreí y Dedos, hizo gestos incrédulos. Me causó gracia.

Seguí revisando el aparato y noté que no tenía otra cosa, estaba todo en blanco, en modo fábrica. Por lo tanto decidí ponerlo en su cajita y más tarde al desocuparme, instalarle algunas aplicaciones y cosas. Al tomar la caja, una nota cayó de esta, miré interrogativa a Dedos, quién solo observó incrédulo. Tomé la nota y él saltó a mi hombro para poder leerla conmigo.

Dedos y el chisme. El chisme y Dedos Addams.

—«No eres la única buena en dejar cartas.» —leí las letras escritas a máquina y carcajeé, Merlina era sencillamente única—«Una pequeña muestra de nuestro agradecimiento. Los Addams no olvidamos quien algún día nos traicionó y quien algún día nos ayudó. Disfrútalo. M.A. » —leí y sonreí para olfatear la carta y encontrarme con el olor de Merlina, que solía ser tan característico como su personalidad. Cerré los ojos disfrutando con una sonrisa su olor y luego guardé la nota y el celular en la cajita rosa.

Dedos saltó a la mesa de nuevo y comenzó a hablar.

—¿Qué dices? —sonreí, mientras la mano gesticulaba, sin cesar. Expresándome y contándome lo mucho que me había extrañado y que había contribuido en mi regalo y en mi búsqueda. Sonreí y lo abracé—El punto es que ya estamos juntos. Gracias. —el asintió y enseguida me lanzó un lápiz suavemente—¡Oye! —carcajeé mientras el tomaba otro lápiz y empezaba a escribir en mi libreta, respondiendo y ayudando con una de las tareas. Entendí la seña y me dispuse a hacer lo mismo que él.

Al cabo de alrededor de unos cuarenta minutos, mis ojos comenzaron a arder y a pesar a un nivel horriblemente doloroso. Tenía horas de sueño incumplidas, se me había olvidado lo frágil que era el cuerpo de una humana. Bostecé cansada y sentí como mis ojos quemaban y ardían al cerrarlos.

Rápidamente tomé mi celular y miré la hora, eran las siete.

Apagué la pantalla y me miré en el reflejo. Tenía los ojos casi totalmente rojos. Si aquí estuviese Yoko, seguro hubiese soltado un comentario ácido sarcástico de su estilo "Cuántos porros consumiste para tener los ojos así, adicta."

𝗢𝘀𝗰𝘂𝗿𝗮 𝗟𝘂𝗻𝗮 𝗟𝗹𝗲𝗻𝗮: 𝖬𝖾𝗋𝗅𝗂𝗇𝖺 𝖠𝖽𝖽𝖺𝗆𝗌🌕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora