Nuevos horizontes

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Capítulo 27.

Canción sugerida: Say Something - A great Big world.

«Di algo, estoy renunciando a ti...
Seré el indicado, si quieres que lo sea. Te hubiera seguido hacia cualquier parte del mundo.

Di algo, estoy renunciando a ti...

Y yo, me siento tan pequeño... Era demasiado para mí, y no sé absolutamente nada.

Y voy a tropezar y caer... Todavía estoy aprendiendo a amar, sólo empezando a gatear.

Di algo, estoy renunciando a ti. Lamento no haberte alcanzado, te hubiera seguido hacia cualquier parte...
Di algo, estoy renunciando a ti.

Y voy a tragar mi orgullo, eres la única persona a quien amo
...Y no quiero decirte adiós...»

Punto de vista de Sabrina Spellman.

Después de haber subido al Big Ben, pasear en autobús y caminar cerca del palacio de Buckingham, habíamos decidido sentarnos en una banca frente al hermoso castillo del flamante Reino Unido.

—¿Y cuéntame loba, a dónde vamos ahora? —le pregunté coquetamente a Enid, quien se sonrojó y sonrió, ambas comíamos un cono de helado. ¿Cómo lo habíamos conseguido? Bueno, ser bruja tiene muchas ventajas, una de ellas, hacer un hechizo de dinero para gastarlo en lo que quisiese.

—¡Siempre he querido viajar por el mundo! —ella aplaudió contenta—Pero quisiera hacerlo no en un día, sino en unas dos o tres semanas...

—Eso podemos hacerlo en vacaciones, ¡Suena genial! —le sugerí, ella asintió.

—¡Sí! Para ese entonces, traeremos también a Merlina y... —comentó y su voz se fue apagando, haciendo que su rostro cambiase de semblante. Me sorprendió y me dió cierta melancolía.

—Oye...—suavemente tomé su mano—Concentremos nuestra energía aquí y ahora, Merlina... Bueno, ella es como es. De seguro ya estará haciendo algo productivo.

—No creo que lo haga, es orgullosa, siempre cree que tiene la razón. —comentó triste. Yo negué.

—La he visto muchas veces cambiar de opinión y ser una persona distinta al momento de mencionarte a tí, en su vida. —Enid me miró asombrada—Mañana lo sabremos. —corté negando— Por ahora disfrutemos. ¿A dónde vamos?

Ella comió su helado pensativa y analizó por unos segundos.

—¿Conoces Amsterdam? —me preguntó, yo asentí.

—No he ido, pero suena lindo... Bastante bohemio, narrativo, artístico... —comencé a hablar sarcásticamente, ganándome un empujón de la loba, haciendo que su helado se le cayese al suelo, que tonta. Ambas carcajeamos ante aquello y luego nos levantamos de la banca—Bueno, vamos allá... —le guiñé el ojo y conjuré, tiré mi helado al pasto—¡Langue Magique! —y sin más, desaparecimos.

Al abrir mis ojos, nos rodeaba una hermosa naturaleza y aires bohemios embriagadores.

Al abrir mis ojos, nos rodeaba una hermosa naturaleza y aires bohemios embriagadores

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𝗢𝘀𝗰𝘂𝗿𝗮 𝗟𝘂𝗻𝗮 𝗟𝗹𝗲𝗻𝗮: 𝖬𝖾𝗋𝗅𝗂𝗇𝖺 𝖠𝖽𝖽𝖺𝗆𝗌🌕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora