Saera se despierta debido a una suave brisa que entra desde su balcón. Al abrir los ojos encuentra a la princesa Rhaenys bajo su cuerpo, del mismo modo en que habían quedado dormidas. Esta vez no es un sueño. No es una ilusión. Rhaenys está ahí, y Saera está sobre su pecho desnudo.
Saera se levanta cuidadosamente y con rapidez busca por su habitación toda su ropa. La pone en un cesto para que las doncellas la laven, saca algo de su armario y se viste rápidamente. Se dispone a abandonar su habitación cuando se le cae un pesado colgante de oro que genera un ruido que despierta a la princesa.
—¿Saera? —pregunta Rhaenys viendo a esta agitada.
—Rhaenys... Te has despertado...
—¿Qué haces? —pregunta incorporándose y rascando uno de sus ojos.Saera no puede evitar observarla durante unos segundos. El cuerpo y la cara de Rhaenys iluminados por los tenues rayos del sol, su pelo alborotado y brillante... En ese momento Saera se da cuenta de cuán jodida está.
—¿Saera? —repite Rhaenys.
—Tengo que irme.
—Estos son tus aposentos... —dice Rhaenys extrañada.
—Esto es solo sexo. No voy a quererte. No puedo hacerlo —dice Saera mientras Rhaenys la mira con detenimiento. —No voy a despertar a tu lado y a abrazarte en la cama. Eso simplemente... No va a pasar.Tras decir eso, Saera abandona su habitación tan rápido como puede y corre a la de su hermana.
—Rhaenyra.
—¿Saera? ¿Qué hora es? —pregunta despertándose y rascándose los ojos
—¿Puedo darme un baño aquí?
—¿En mis aposentos?
—Sí... Por favor... Hermanita...
—¿Qué has hecho? —pregunta Rhaenyra sentándose.
—Nada...
—¿Con quién te has encamado?
—No puedo decírtelo —dice sentándose junto a su hermana.
—¿No puedes decírmelo? A si que la has liado pero bien.
—Rhaenyra solo quiero darme un baño.
—¿Está en tus aposentos?
—...
—¡Eres una...
—No lo digas —advierte su hermana mayor a Rhaenyra.
—¿Has metido a un hombre en tus aposentos? Papá va a asesinarte. ¿Dónde le conociste? No te he visto salir últimamente...
—Rhaenyra déjalo ya.
—Oh... No me digas que es de la corte... ¡¿Un guardia?!
—Rhaenyra...
—¿Quieres confiar en mí?
—Eres mi hermana pequeña.
—He pasado dieciséis días del nombre. No soy una niña.
—No ha sido un hombre —dice Saera.
—¡Te has follado a una mujer! ¿Es una prostituta? ¿De la calle de la seda?
—Pero... ¿quién te crees que soy?
—Es una criada ¿verdad? Por eso ha entrado al castillo. Dime, ¿quién es?
—No es un criada y no es un buen momento.Saera se dirige al baño de su hermana y se desnuda para entrar en la bañera que rebosa de agua a una temperatura muy elevada.
—Oh vamos, no puedes dejarme así. Soy tu hermana, confía en mí —dice Rhaenyra siguiéndola.
—Rhaenyra...
—Te estás dando un baño en mis aposentos, lo mínimo que merezco es saber el por qué. Dime de quién se trata. Te prometo que no diré nada. Eres mi hermana, quiero saber qué te inquieta. ¿Ha sido tu doncella? La que te lava los vestidos...
—La princesa Rhaenys —dice Saera justo antes de sumergir su cabeza en el agua para no escuchar a su hermana.
—¡¿Que?! —exclama Rhaenyra. Saera saca su cabeza del agua y mira a su hermana. —¡¿Te has acostado con...
—No grites ¿quieres? Cualquiera podría escucharte.
—¿La has dejado sola en tus aposentos?
—¿Qué querías que hiciera?
—Tú estás fatal y papá morirá súbitamente si llega a enterarse. ¿Cómo?
—No lo sé, Nyra, solo pasó.
—Es la prima de papá. Y sí, es... bella quizá... y... es imponente... ¿te gusta eso? Da igual. No me cae bien. Siempre se inmiscuye y...
—Se inmiscuye porque es parte de la corte y se preocupa...
—¿Y por eso se folla a mi hermana?
—Se inmiscuye porque... no quiere que vuelva a repetirse la misma historia. Hemos hablado y... No es tan horrible como tú la ves...
—Está casada, Sae, casada. Con Lord Corlys.
—Oye, es solo sexo.
—¿Solo sexo? Te has acostado con ella una vez y ya te tintilinean las pupilas. ¿Cuánto tiempo lleváis viéndoos? Aunque no os acostéis.
—Nos hemos visto varias noches em... durante varias semanas... Nos hemos visto en...
—La biblioteca... claro. Os vi una noche pero pensé que...
—¿Me vas a echar la bronca por esto?
—No, quiero apoyarte pero... Pero es una locura.
—En esta familia todo lo es.
—Yo me encamé con Alicent. Antes de lo de papá...
—¡¿Qué?!
—No tienes derecho a reclamarme nada. Además tú eres la heredera.En ese momento la puerta de la habitación de Rhaenyra se abre.
—¿Nyra sabes dónde está tu her...
—¡Ahora no papá! —exclaman las dos desde el baño.
—Entendido —dice Viserys sorprendido y sale de los aposentos de Rhaenyra cerrando la puerta.—¿Con Alicent? —pregunta Saera. —¿Qué tal?
—Me prometió muchas cosas que evidentemente no cumplirá.
—Vaya...
—Tranquila.
—Nunca confié en ella...
—Lo sé. Tenías razón como siempre...
—Quiero matarla ahora mismo.
—Descuida. Parece que las dos necesitábamos esta charla...
—Sí, parece que sí... Te quiero Nyra. Siempre voy a estar contigo.
—Yo también. Tengo suerte de que seas mi hermana.
—Y yo, soy muy afortunada.Ambas sonríen a la otra y Saera termina su baño. Se viste y se retira de la habitación de Rhaenyra para dirigirse a la sala de reuniones de su padre.
—¿Me buscabas?
—¿Qué hablabas con tu hermana, querida?
—Cosas de mujeres, ya sabes...
—¿Te encuentras bien?
—Sí...
—Bueno, solo quería saber eso. Llevas un tiempo extraña y siento que es por mi matrimonio...
—Creo que eres idiota, pero nada más... —ríe Saera.
—Bueno, me complace saber que es solo eso —ríe Viserys esta vez.
—Oye papá... ¿me apoyarías si hiciera algo moralmente cuestionable?
—Todo lo que pasa en esta fortaleza es moralmente cuestionable.
—Ya...
—¿Qué te preocupa?
—No quiero hablar ahora pero... Solo quería saber si seguiría teniendo el apoyo de mi padre.
—No solo eres mi heredera, eres mi hija. Mi apoyo está contigo en todo. Quiero a tu hermana. La quiero muchísimo, como a ti. Vosotras siempre tendréis mi apoyo incondicional. Da igual lo que podáis llegar a hacer...
