—Sudo, parece que te has metido en problemas con algunos chicos de Clase C. Han presentado una denuncia en tu contra, afirmando que los golpeaste después de llamarlos al edificio especial. ¿Es eso cierto? —La voz del sensei resonó en el aula, captando de inmediato la atención de todos.
Toda la clase se volvió a mirar a Sudo con disgusto. El ambiente se tornó pesado y tenso.
—¡Eso no es cierto! ¡Esos bastardos de Clase C me llamaron al edificio especial y se pelearon! ¡Defensa propia, te digo, defensa propia! —exclamó Sudo, su rostro enrojecido por la frustración.
Sensei levantó una ceja, escéptico ante la explicación de Sudo.
—Pero sus acusaciones son diferentes. Dijeron que los llamaste al edificio y los golpeaste a los tres sin ayuda. Incluso tienen heridas en la cara y el torso para respaldar sus afirmaciones —replicó Sensei con voz firme.
—¡Todos son mentirosos con la boca sucia! ¡Ni siquiera los golpeé tanto! ¡Están mintiendo! —Sudo estaba a punto de perder la calma, su puño temblando ligeramente mientras intentaba contener su ira.
Horikita, que había estado observando la situación con frialdad calculada, decidió intervenir antes de que Sudo empeorara las cosas.
—Sudo, no tiene sentido negarlas. Ya sea que hayas cometido estas atrocidades o no, debemos encontrar una manera de lidiar con eso —dijo Horikita, su tono calmado pero autoritario.
—Pero Horikita, esos bastardos de Clase C... —Sudo intentó replicar, pero Horikita levantó una mano para silenciarlo.
—Trata de entender, Sudo-kun. Negar estas acusaciones no nos llevará a ningún lado. Debemos tratar de encontrar evidencia de que realmente no fuiste parte de esto —Horikita miró a Sudo a los ojos, su mirada penetrante, tratando de hacerle entender la gravedad de la situación.
Sudo abrió la boca para decir algo, pero se detuvo. Parecía entender adónde se estaba metiendo, así que cerró la boca, asintiendo con resignación.
—Bueno, el resto depende de ti entonces. Bueno, habrá una audiencia entre las dos clases dentro de una semana. Si Sudo es declarado culpable, existe la posibilidad de que lo expulsen. Reúnan pruebas de que él no hizo eso hasta esas fechas —concluyó el sensei antes de salir del aula, dejando a los estudiantes sumidos en una mezcla de preocupación y frustración.
Yamauchi no pudo contener su irritación y se volvió hacia Sudo.
—¿Por qué siempre tienes que ponernos las cosas difíciles? —preguntó con desdén.
—¡Ya te lo dije, no hice nada! ¡Estos tipos están tratando de incriminarme! —protestó Sudo, su voz quebrada por la desesperación.
Hirata, siempre el mediador, intervino con su habitual calma.
—Ahora bien, Yamauchi-kun, no tiene sentido culpar a Sudo-kun por eso, ¿verdad? Como dijo, la Clase C podría estar tratando de incriminarlo y expulsarlo. Así que no debemos sacar conclusiones precipitadas, debemos tratar de ayudar a Sudo-kun. Horikita-san y Akiro, ¿puedo pedirles que se hagan cargo de este caso?
Horikita asintió, tomando la responsabilidad con su habitual seriedad.
—Bien, te ayudaré. Sin embargo, Sudo-kun, es extremadamente inconveniente para el resto de nosotros seguir respaldándote de esta manera. Debes aprender a mantener la calma y ser racional en situaciones como estas.
Sudo gruñó una respuesta poco entusiasta, pero no discutió más. Horikita ya había tomado el mando, y sabía que era su mejor oportunidad.
Después de la respuesta de Horikita, Hirata se volvió hacia mí, esperando mi respuesta.
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Reencarne en Classroom of the elite (OP)
FanfictionCuando yo estaba a punto de morir, me pregunté por qué no aproveché mi vida en algo más que solo estudiar. Tenía unos padres muy estrictos, que eran ricos y tenían altas expectativas sobre mí. Querían que continuara con la herencia familiar y para l...