10. La Recepción (Parte II)

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El emperador Toshiya Katsuki se había convertido en uno de los emperadores más queridos de Japón. Era formal, sí, pero muy carismático y amable con todos, además de ser un buen gobernante, justo y transparente.

Sin embargo, desde la perspectiva de Yuuri, Toshiya era en ese momento el padre más cruel y desvergonzado que existía en el mundo.

La petición sobre "velar por su bienestar"  que le había hecho a Víctor fue lanzada por él con tanta naturalidad frente a todo el mundo que Yuuri se preguntaba si su padre era consciente del estrés en el que lo colocaba. 

Su padre sabía sobre su desmedida admiración por el trabajo de Victor, pero jamás había imaginado que, impulsado por ello, iba a pedirle un apoyo público por su bienestar lo que, trasladado a su cultura podía equivaler casi a una propuesta de matrimonio.

Lo único que impidió que Yuuri no acabará teniendo otro ataque de ansiedad fue la copa de champagne que había terminado de un tirón después de escuchar a su padre hablar y el hecho de que Víctor no parecía haber podido interpretar completamente el mensaje de Toshiya.

Ahora Yuuri no sólo tenía la responsabilidad de abrirse a Víctor y pedirle disculpas, sino que además debía quitarse de la cabeza las palabras de su padre que se habían tatuado en su memoria y lo martillaban sin cesar.  Tomó otra copa de champagne.

¿Ahora cómo diablos lo haría?

Yuuri no había contado las copas que había tomado

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Yuuri no había contado las copas que había tomado. Al menos no después de la sexta. Minako lo había dejado cerca de la mesa de Makis para luego irse a dirigir la organización y seguridad del evento, no sin antes pedirle que se controlara.

Ese no había sido el caso, porque Yuuri no había tenido  control cuando, al ir a dejar la copa en la mesa de bebidas, se dio cuenta que habían muchas otras llenas.

Cada vez que acababa una tenía la intención de parar, pero luego recordaba que no tenía la más mínima idea de cómo disculparse con Víctor y tomaba una para darse más valor. No ayudaba el verlo al otro lado del salón feliz y sonriente con un grupo de funcionarios exitosos y jóvenes, conversando amenamente con él. Yuuri se preguntaba por qué no era él capaz de establecer con Víctor una relación tan cordial y fluida como los otros allí, riéndose y brindando con Víctor, SU Víctor, el que habían traído solo para él. Y que él había conseguido alejar, a tal punto que Víctor se iba a ir.

Avergonzado dejó un copa y cogió otra. Aún necesitaba juntar más valor para acercarse a él.

 Aún necesitaba juntar más valor para acercarse a él

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Kiku  No  YuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora