Después del desayuno Yuuri se puso su ropa de trabajo y se dirigió al Fukiage. De una u otra manera el contacto con la naturaleza lo ayudaba a controlar su ansiedad, en especial en ese día que sabía que tendría a Víctor Nikiforov siguiéndolo por todos lados. Sin embargo, el desayuno había pasado de una forma tan entretenida que, ahora, sentado en el jardín cortando meticulosamente algunos arbustos y flores, no se sentía para nada ansioso teniendo al periodista a su lado.
Este, por su parte, disfrutaba del aroma de las flores a su alrededor y observaba con atención el paisaje y la delicadeza con la que el príncipe trataba a las plantas. En medio del sonido de las aves y el viento golpeando contra los árboles y arbustos alrededor, Víctor pudo entender por qué el príncipe prefería esconderse allí antes que presentarse frente a decenas de flashes y periodistas gritando a dónde debía mirar.
―Este sitio es tan hermoso ―exclamó Víctor de pronto―. Todo alrededor está tan bien cuidado.
Yuuri esbozó una sonrisa satisfecha.
―La naturaleza es perfecta como tal, Nikiforov- San, pero también es efímera, si el hombre no se identifica con ella y no le pone el cuidado respectivo.
―Eso es cierto ―respondió el periodista―. En este caso, veo que usted se identifica mucho con la naturaleza, le gustan las plantas y es la razón por la cual todo se ve tan bonito.
Yuuri lo miró y le dedicó una pequeña sonrisa paciente, entendiendo que alguien tan ajeno a su cultura no podía entender todo con la profundidad requerida.
―Es verdad que me gustan las plantas, Nikiforov-San, pero en Japón, el cuidado de ellas no es solo un hobby, sino parte de una filosofía de vida ―Victor lo miró sorprendido al escucharlo―. Un jardín japonés representa cosas hermosas de la naturaleza: plantas, flores, senderos, rocas y puentes, pero no es sólo la imitación de algo "bonito", es la creación de un espacio donde el hombre logra fusionarse con la naturaleza, donde se convierten en uno solo y es logrando esa armonía que uno recién puede alcanzar la paz.
Las palabras del príncipe lo dejaron impresionado. Víctor no tenía pruebas, pero tampoco dudas de que lo que decía el príncipe era cierto. En medio del jardín, el chico de gafas con cinta adhesiva se veía pequeño en relación con el mundo, pero a la vez imponente y fuerte. Era algo contradictorio, porque visto con ojos comunes, el joven no parecía ser nada fuera de lo común. Sin embargo, sumergido en su mundo, era algo hipnótico de escuchar y observar.
Permanecieron acompañándose por un tiempo más y, cuando Víctor se dio cuenta de la hora, ya llevaba varias apreciando en calma el paisaje y el trabajo del príncipe, en un silencio muy agradable y pacífico.
―Nikiforov-San, se acerca la hora de almorzar y me temo que debo cambiarme ―el príncipe hizo una leve reverencia―. Muchas gracias por haberme acompañado, espero no haber malogrado sus planes del día con tanto silencio.
―Muchas gracias a usted ―expresó el periodista, respondiendo la reverencia con otra―. No ha malogrado para nada mis planes, al contrario, he disfrutado de la tranquilidad de este lugar. Ahora entiendo más por qué no le gustan los flashes y la prensa.
Yuuri volteó a verlo sorprendido, con los brillosos y emocionados.
―He visto muchas cosas durante mis años como periodista ―agregó―. He viajado metido en cajas para evitar que me tomen como esclavo en medio de asentamientos bárbaros, he tenido que comer hasta lo que nunca hubiera querido probar y he tenido que bailar y beber hasta el cansancio para honrar las atenciones de algún jefe de clan en medio del desierto en África. He vivido la guerra y el odio humano ante lo que puede ver y tocar. Pero hoy he visto todo lo contrario. He visto el amor, la paciencia y la armonía reflejados en su trabajo aquí. Y me hace pensar que, si así se dedica usted a un pequeño espacio en medio de su jardín, cuánto más debe ser su dedicación y amor por la gente que hace que este país funcione y se mueva cada día.
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Kiku No Yuuri
Fiksi PenggemarEl trono del Crisantemo peligra en el lejano Japón. Un príncipe que nadie parece conocer y un periodista que nadie desea recordar deben entrecruzar caminos para evitarlo. Advertencias: *Es un fic Victuuri, pero podría hablarse de otras ships que NO...