Capitulo 3

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Pero no me arrepentía de mi decisión. No estaba segura de que lo hubiera oido. Durante los minutos más largos de mi vida, observaba su espalda mojada y su cabeza agachada, parecía en trance, en otro mundo. Por una vez desde hace cuatro años me volvió a entrar el miedo.. Y si aceptaba? Y si solo me quería para pasar el rato? Y si pensaba que era idiota? Y si...

Estornudé a causa del frío y en ese momento él pareció reaccionar. Miraba como su manos, en las que se marcaban tanto las venas, sacaban un papel y un boli que inexplicablemente salieron de sus tejanos oscuros, apuntaba algo y como, seguidamente lo dejaba en el suelo. Y luego desapareció.

Me apresuré a coger el papel antes de que la lluvia desvaneciera la tinta reciente del boli.

Mire detenidamente lo que habia escrito en el papel y luego el enorme espacio vacío por el que se había ido.

Entonces hizé una pisada firme y corrí hacia la puerta y me lanzé a correr por las calles mojadas de Miami. La gente me miraba. Como el unico grano de arroz en la sopa. Y como no, con ese espantoso trapo blanco al que se le hacia llamar vestido de novia. Llegué a mi destino.

Llame al timbre del piso del Alicia, mi compañera de instituto. Y entré en el momento en que me abrió la puerta. Con zancajadas grandes subí hasta el segundo piso y avanzé hacia la quarta puerta la qual se encontraba abierta con Alicia apollada en el borde.

-No hay tiempo para explicaciones. Necesitó una sudadera, jeans, y unas Vans- comenté adentrandome en la casa y sin ni siquiera mirarla.

Mientras me cambiaba con la ropa correspondiente, volví a releer la nota de ese chico; "A las 19:00 al puerto."

18:50.. Estabamos a punto de llegar. Esteban, el hermano de Alicia se habia ofrecido a llevarme y me dejo lo más cerca posible, y entonces bajé del coche de manera apresurada y empezé a correr solo de tocar el suelo, como si mi vida dependiera de ello, corria y corría y mientras lo hacia tire el móvil al mar para que ahora ya nada me detendría. Nada ni nadie. Divise la silueta de aquel chico que había marcado el resto de mi vida. Me paré y suspire.

-Estoy aquí y no me voy a ir.-

Continuará...

Signos vitales de viejas memorias (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora