Capitulo 27

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Él se separo de mi lentamente. Seguía con mis ojos abiertos de la impresión. 

Empezó a reirse de una forma relajante.

- No hace falta que te tenses tanto- me miró con una sonrisa fiable- Solo queria comprobar algo.

Lo observé titubeando, en busca de respuestas más claras. 

Siguió riendo y luego se dispuso a hablar.

- Esa mujer dijó que tu y yo eramos hermanos y que te habia contado toda la verdad. Me pareció ridiculo pero solo quería comprobarlo, asi que te besé.- Hizo una pausa para tomar aire y luego siguió hablando- Si me apartabas de forma brusca es que era real o algo por el estilo, pero viendo tu reaccion solo hay dos opciones, y una es que no es real lo que dijó y la otra-.

-Callate!- le corté, ruborizada a no mas poder- Eres demasiado directo-.

Finalize esa frase a medida que me iba alejando, con un calor en mis mejillas, un nudo en mi garganta y mi mano en mis labios.

Fui acercándome a los chicos con la mirada perdida a quien sabe donde. Cuando salí de mi trance, observé como los chicos empezaban a levantarse y haciendo aquel gesto de coger calor fregando sus brazos en su propia piel.

No hizo falta ninguna palabras. Todos nos pusimos derecho finalmente y nos reunimos. Empezamos a andar volviendo a nuestras respectivas cabañas. 

Mia andaba en silencio a mi lado y tres los chicos, situados detrás de nosotras iban riendo y hablando.

Pude percibir a pocos metros de nuestro destino, la traviesa sonrisa de Mia. Dirigí mi mirada hacia ella, con la cabeza cabizbaja.

No me habia equivocado. Tenia esa pequeña sonrisa en su labios. En cuanto percibió mi mirada, esa sonrisa desapareció de su rostro y disimulando miró enfrente. 

Me reí y la rodee con mi brazo, en signo de que disimulaba muy mal. Ambas reímos juntas mientras podíamos divisar unas miradas curiosas a nuestras espaldas.

Cada uno se dirigió a su lugar. 

Cuando entramos en la cabaña Allison estaba despierta esperándonos en la cama. La hizé acostarse y la arropé pero no cerró su ojos aunque se lo pidiera. Finalmente me rendí y fui a cambiarme al diminuto baño que habia.

Encima de la cisterna estaba mi pijama, que consistia en una blusa de tiras y unos pantalones bastante cortos. Era un poco tentador.

Salí del baño y me fijé que Mia tenia uno igual pero más ancho. Me hizo sentir incomoda.

Me tiré a mi cama, fatigada pero sin sueño, con la espalda al aire ya que esa blusa se habia subido por mi espalda durante la caida.

Giré mi rostro para ver lo que hacia Mia y lo que vi me sorprendió y me senté con las piernas cruzadas.

-Pero que- No terminé la frase, mirando detenidamente aquellas dos botellas que tenia sujetando con sus manos-.

-Dejemonos de formalidades pequeñaja- Rió-.

Se levantó, se dirigió a mi y me agarró del brazo haciéndome levantarme bruscamente. mientras era arrastrada por ella al exterior de la cabaña, giré mi cabeza hacia Allison que finalmente se habia dormido.

Mia me arrastró hasta la cabaña de los chicos, abrí la puerta saltando y gritando de emoción. Los chicos, estirados en sus camas hablando, se sobresaltaron.

Me encontraba desconcertada en la puerta. Me daba la sensación de que eso seria emocionante y aterrador a la vez. no sabia como acabaria esto.

Vi a Daniel sacar unos vasos de plástico de un cajón. Y nos pasó uno a todos. Lucas nos repartió a cada uno.

No sabia que era aquello, pero tenia cierta curiosidad. Fijé mi vista en aquella botella pero Mia se pusó delante para que no pudiera ver en nombre.

-La curiosidad mató al gato- me dijó riendo-.

Todos alzaron sus vasos y a continuación lo hize yo. Miré a J que parecia dispuesto a hablar. Y habia acertado.

- Nunca celebramos tu bienvenida- Dijó sonriendo de lado-.

Todos bebieron de golpe. Me quedé mirando aquel vaso. Tan solo tenía 14 años. Eso no era normal en mi. Y entonces alzé la mirada mientras todos me miraban. Sonreí y agarré mi vaso con fuerza y me lo tragué todo.

Hize una mueca de amargor mientras todos reian. Mia volvió a rellenarse el vaso y se acerco a mi dando brincos, y me rondeo con el brazo mientras volvia a arrastrarme hasta nuestra cabaña. Dejando a los chicos atras. 

Entramos y ella dejó el vaso y empezó a buscar algo en la maleta. La vi sacar dos vestidos. Uno azul marino de brillantes. El tipico de discotecas y el otro era negro por la parte de arriba y con escote corazón y por debajo una falda blanca caida. Tenia una espalda descubierta con un lazo que conectaba la falda y la parte de arriba en forma de cruz.

Miré a Mia desconcertada. Ella me tiró el vestido del lazo y me hizo una señal de que fuera al baño y me lo pusiera. Hize lo que me dijo y me lo puse.

Me quedaba increíblemente bien. Salí y ví a Mia con el suyo puesto. Me arrastró hasta el interior del baño y estuvo maquillándome durante cinco minutos. Y luego me entregó unos tacones negros.

Cuando estuvimos arregladas, Mia salió y yo la seguí unos pasos más atras. Ella se paró y me agarró del brazo haciéndome ir más rapido. 

- Los chicos nos esperan- dijó mientras sonreia de la manera mas feliz que habia podido observar desde que la conocí.

Fuimos a paso rapido hacia la entrada de una discoteca. Una discoteca enorme. Mia volvió a dar esos saltitos de emoción y agarrándome a mi de la mano fuimos corriendo hacia la entrada VIP.

Como quien desaparece entre la niebla.

Como quien se vuelve invisible. Asi lo debia ver la otra gente.

Continuará...





Signos vitales de viejas memorias (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora