Se oía las olas y el viento zumbando por mis oídos mientras unos intensos ojos verdes me observaban en silencio. Ese silencio se rompió por la inesperada y resonante carcajada de J.
Puse un rostro extraño. Que le hacia tanta risa?. Le observé mientras se agarraba la barriga y se agachaba riendo. Parecía un niño.
- Pero que dices? Eso ha sonado terriblemente mal-dijó entre carcajadas-.
No entendia a lo que se habia referido, pero cuando me di cuenta los colores me subieron al rostro, y me cubrií mi rostro con mis manos mientras él se volvía a reir a carcajadas. Separé los dedos para poder mirarlo desde ese pequeño hueco entre mis dos dedos.
Lo observaba sonrojada y sonriente. Él cojió aire y me miro.
- Que quieres que te enseñe- Dijó y parecia que iba a volver a reir.
No estaba ya tan segura de querer decirselo. La piernas me temblaban y desvié mi mirada a otro lado.
- A robar como tu lo haces. Sin que nadie nadie note tu presencia y desapareciendo como una sombra entre la oscuridad.-
Lo volví a mirar para ver la cara que estaba poniendo. Tenía las cejas un tanto levantadas, tenía su mano en la boca escondiendo una mueca. No sabia si sonreia o estaba enfadado. El empezó a bajar de la roca y me ofreció una mano para que hiciera lo mismo, que rechazé y empecé a descender.
Me coloqué delante de J pero este empezó a andar de vuelta a quien sabe dónde.
-Sígueme- Me dijó arqueando su cabeza hacia mi pero sin mirarme.
Hizé lo que él me dijo y empezé a seguirlo. Estuvimos en silencio y andando un par de minutos. Llegamos a el borde de la playa. A aquel muro pequeño de piedra que separaba la playa y los hoteles.
J me hizo la señal de que me quedara ahi y sin el permiso de protestar me quedé alli. En un par de minutos más llegó él, junto a Mia. Tuvé el instinto de irme por lo que sin pensar me levanté. Pero cuando quise alejarme el brazo de J agarro mi muñeca y me hizo girarme de golpe.
Y con un pequeño empujón me acercó a Mia, que sin siquiera decir nada me atrajo hacia ella y me abrazo. Cosa que yo hizé a continuación y cuando nos separamos le dediqué una sonrisa.
Entonces me giré hacia J y le miré esperando algo.
- Y bien? Cuando me enseñaras- insistí otra vez-.
Sentia la mirada curiosa de Mia en mis espaldas mientras observaba como J se golpeaba su rostro contra su mano en señal de decepción.
Entonces le expliqué a Mia lo que le habia propuesto y ella también empezó a reir. Pero que les pasaba a esos dos.
- Serás idiota Alba.. Nadie jamás ha hecho lo que J ha conseguido en tantos años y jamás hemos pisado ese territorio, asi que ni lo intentes- Me dijó riendo y delante de J- Ni siquiera yo lo he intentado y aunque se lo pidiera sería imposible y eso que soy como una hermana-.
En aquel momento me pusé tensa y mi rostro quedó en blanco mientras que J se pusó serio y agachó su rostro mientras esos mechones pelirrojos le tapaban el rostro.
- Pero que os pasa a vosotros dos- nos dijo rodeandonos a cada uno con el brazo y riendo.
Arrastrados por Mia ambos tuvimos que levantarnos tortuosamente.
- Nos vamos a dar una vuelta con todos haber si os despejais un poco- Nos dijo a ambos sonriendo-.
Yo ande a su lado mientras que J nos seguia detras con la cabeza en otro sitio. Llamamos a los chicos y a Allison y nos dirigimos a los puestos de tiendas que estaban un poco más alejados de los hoteles.
Pasamos todo el dia entre risas y diversion, entre una aire familiar en el que compartimos nuestros secretos, nuestras tonterias y empezamos a conocer más de todos. Podiamos tener una historia detrás de nuestras sonrisa pero en aquel momento esa era nuestra historia. Ese pedacito de calor que empezaba a dominar nuestras mentes y corazones, olvidando todo lo que hacia segundos, semanas o decadas pasara, solo centrandonos en aquel instante.
Habia un karaoke en el otro extremo de la isla. Pasamos toda la noche cantando y comiendo. Demostrando nuestros sentimientos a traves de la melodia musical que procedia de nuestros labios.
Terminamos agotados asi que decidimos que era el momento de volver a las cabañas. Que habiamos tenido unos dias muy energéticos. Yo era la última. Veía las espaldas de todos. Al final no habia conseguido mi propósito.
-Eh estas bien?- Me dijo J que sin darme cuenta habia empezado a andar junto a mi-.
- Creo que aún debes enseñarme algo..- sabia que insistia mucho pero no me importaba-.
- No seas idiota- Dijo con una sonrisa mirando al suelo- Lo tuyo es ser una niña buena-.
Eso me cabreó asi que le pegué un puñetazo en el hombro haciendo un puchero. Nos reímos los dos juntos como niños.
- Venga enserio quiero ser una ladrona-.
-No lo digas con esa facilidad-.
-No te molestaré si me ayudas-.
- Preocúpate por que no te descubran, de esto me encargo yo-.
- De eso- no me dejó terminar-.
-Basta ya! no te comportes como una niña malcriada- estalló- No es no! Porque rayos quieres eso? Quién te ha metido esas tonterías en la cabeza? Olvidalo!
No dejaba de gritar lo mismo todo el rato hasta que me armé de valor para hacerlo callar y decir mis pensamientos.
-Cállate ya! Solo quiero pasar más tiempo contigo.. entiéndelo-.
Empecé chillando y acabé susurrando de la vergüenza a causa de la cara roja y sorprendida que tenía. Mientras que cuatro personas más me observaban divertidas.
Continuará...
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Signos vitales de viejas memorias (en edición)
RomansaAmor prohibido, historias más allá de la que ha vivido y amistades de las que duran para siempre. Eso es lo que descubrirá nuestra protagonista, Alba, cuándo decide romper las cadenas que la tiene prisionera bajo la custodia de su madrastra. Mientra...