Capítulo 34

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Rod

Permanecía sentado por mucho tiempo en la enfermería supervisando cada acción de Diego, estaba en juego la vida de una chica y la de mi mentora. Kate ayudó y supervisó a Diego también, ella había sacrificado horas de sueño para mantener a sus pacientes con vida, para una enfermera primerísima había realizado un buen trabajo.

Diego terminó su labor.

Se quitó los guantes y ordenó los utensilios. Dejó a Kate a cargo y levantó las manos en señal de paz. Al parecer no intentó ningún cometido, al poco tiempo de conocerlo tampoco noté ninguna señal peculiar o de sospecha, Diego era muy sincero, temblaba de los nervios cuando dejaba el cargo, incluso cuando iba al baño.

Me levanté de mi asiento y le apunté con una pistola sin ninguna bala. Pretendí ser una amenaza.

—¿Cómo están?—pregunté.

—Van a mejorar. La chica ya responde, recomiendo llevarla a un lugar más apropiado para que repose, puede hablar, pero de momento que evite caminar. Sus piernas sufrieron un par de quemaduras y fuertes golpes. Kate me comentó que era corredora...parece que no va a poder correr como antes.

—¿Qué hay de Cristina?

—Kate hizo un buen trabajo deteniendo el sangrado, sin embargo, se infectó un poco más, tuve que retirar lo infectado y continuar cauterizando la herida. Con los antibióticos que trajeron servirá para que se recupere, hay que ir pensando en el trastorno de estrés post traumático que se podría presentar. Cuando despierte, es mejor que alguien esté presente.

—Gracias, Diego.

—En vez de un gracias, sería mejor que bajaras esa pistola...

—Aún no puedo, confío en tí, pero los demás aún te ven como un extraño a pesar de haber salvado a ellas dos. Tendrás que esperar aquí hasta que los demás vengan y hagamos una sesión para definir tu futuro.

Diego suspiró y tomó asiento. Cruzó los brazos y levantó la mirada. Guardé el arma, tomé una silla y me senté frente a él para vigilarlo.

—Escucha, haré lo que haga falta para proteger a este grupo. Si intentas algo que los dañe, entonces tendré que actuar—le advertí.

—¿Has matado antes?—preguntó Diego.

Me quedé callado.

—Entonces no sabes lo que es hacer lo que haga falta.

—¿Y tú si?—pregunté.

—Soy aspirante a médico profesional, yo no quito vidas, yo las salvo. Ten por seguro, que seré de mucha ayuda en su grupo. Tanto ustedes como yo, queremos sobrevivir, encontrar un lugar seguro para vivir.

—Estamos por verlo...

Unos gritos detuvieron nuestra conversación, provenían del patio de la escuela.

Me levanté de inmediato y me dirigí a la puerta. Segundos antes de abrirla, Elías entró pateando la puerta, en sus brazos, Blue se encontraba herida e inconsciente.

—¡Por favor, ella necesita ayuda!—exclamó Elías de la desesperación.

Diego reacciono de inmediato, se levantó y fue directo a por una camilla, el la empujo hasta Elías.

—Póstrala aquí, hay que curar sus heridas y detener el sangrado—dijo Diego.

Elías dejo a Blue en la camilla e intentó pasar junto con Diego, pero este lo detuvo.

—Será mejor que esperes aquí, la ayuda de Kate bastará.

Elías acentuó con la cabeza y bajó la mirada.

Blue's DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora