Blue
La tarde llegó, en unas cuantas horas íbamos a decir adiós a este lugar. Me dediqué a dar vueltas por los pasillos, pensando en las situaciones que nunca logré valorar, éramos un grupo grande de amigos, Craig y yo habíamos perdido a todos ellos. Mari, Carmen, Tobey...ya casi ni me acordaba de todos, debido a las cosas que me han pasado los últimos días, mi mente a comenzado a reprimir recuerdos, recuerdos en los cuales sufrí mucho o sufriría si los recordase, mi propia mente se cansó, ya no quería seguir sintiendo dolor, y por ello, se apagó.
Iba en piloto automático y solo reaccionaba a lo que se presentaba.
Los rostros de mis padres se iban desvaneciendo, quería ir con ellos.
El único rostro que aún seguí ahí, era el rostro putrefacto de mi hermano, cuando se infectó, sus ojos rojos quedaron impresos en mi retina. De hecho, todos los ojos rojos de los infectados que he visto hasta ahora, continuaban ahí. Ya no solo escuchaba sus gruñidos o gemidos, ahora los veía todo el tiempo.
Llegué al salón de matemáticas de inicial, ubicado en el primer piso, cerca a la cancha de básquet al aire libre, rodeado por rejillas que daban para la calle. Nos indicaron que no nos acercaremos a ese lugar, puesto que, si una gran cantidad de infectados se acumulaban, era posible que la rejilla cayese y lograsen pasar. Cubrieron el acceso con una cinta negra que se usaba para las clases de deportes, incluyeron una red de vóleibol para evitar que los niños cruzaran y alertaran a los infectados de afuera.
La maestra Alison se encontraba en el salón cuidando de los más pequeños.
Yo me quedé desde afuera a observar como cada uno preparaba su mochila de emergencia para salir de la escuela mientras que la profesora cantaba canciones para tranquilizarlos. La maestra Alison me se dio cuenta de mi presencia y levantó su mano en forma de saludo, le respondí levantando mi mano izquierda. La profesora Alison dejó a los un momento y salió del aula para hablar conmigo.
Al salir del aula, ella intentó acercarse a mí. Retrocedí unos pasos de los nervios a que viera mis cicatrices.
—¿Te encuentras mejor?—preguntó la profesora mientras me observaba de pies a cabeza.
—Sí...aún me duele la cabeza un poco—sujeté las mangas de mi chompa y las usé para cubrir mis heridas de los brazos.
—De verdad, lamento mucho lo que te sucedió.
—Sí, no es necesario que te disculpes—estaba harta de lo mismo—Eh...mejor me voy no quiero interrumpir su clase.
—¿Deseas ayudarme? Solo cuídalos unos 5 minutos mientras voy al baño. ¿Podrías?—me rogó.
—Ah, pues...creo que puedo unos 3 minutos...
—¡Genial! Unos tres minutos es un respiro para mí. Solo cántales una canción o juega con ellos.
La profesora Alison se retiró de inmediato, dejándome la puerta abierta para que pueda ocuparme de los pequeños.
No tenía otra opción...
En un parpadeo estaba frente a 11 niños revoltosos que hacían lo que les apetecía, algunos correteaban por el lugar, otros manchaban las paredes con pintura y los más tranquilos se dedicaron a llorar. Era una pesadilla, tenía ganas de patear a cada uno de ellos para que se cayesen de una vez.
Me arrodillé para estar a su altura y me acomodé a una distancia apropiada.
—Pequeños, cálmense por favor...—intenté ser amable.
Me ignoraron por completo.
—Hablo enserio, les daré caramelos a todos si me prestan atención.
Todos en el aula se calmaron y voltearon sus cabezas para verme. Sabía que esto iba a durar poco, pero el silencio en el aula era música para mis oídos.
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Blue's Dream
TerrorLa supervivencia exige sacrificios, pero ¿qué ocurre cuando sacrificamos nuestra humanidad? En un mundo post-apocalíptico lleno de peligros y desafíos, Blue, una joven desolada que ha perdido todo, se une a un vulgar y viejo policía llamado Elías en...