Epílogo

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Laurie

El campamento estaba lleno de militares de Blue Bay, sobrevivientes de los primeros días de la infección que se reubicaron a las afueras de la ciudad. Habían militares de otros países, de Chile, Perú, Argentina, Estados Unidos, México y Reino Unido. Esto ya se había convertido en un tema internacional de gran importancia. Habían decenas de carpas y en ellas habían cientos de armas, lanzallamas y equipo pirotécnico. Todos los militantes se movilizaban con rapidez a sus puestos, supervisando cámaras de vigilancia a lo largo del pueblo más cercano.

Los militantes no se encontraban evacuando a la gente, de hecho, ya habían perdido esperanzas de encontrar sobrevivientes. Su trabajo era contener a los infectados y erradicarlos antes de que pasen las fronteras de Blue Bay.

Ellos no nos tomaron ninguna prueba con el termómetro de que Kira antes había registrado, solo nos dejaron pasar y esperar al próximo helicóptero de transporte. Había una zona de helipuerto con banquitas de madera provisional, de hecho, todo el lugar había sido creado desde cero de forma improvisada para contener el problema.

A Rod le hubiera encantado ver esto, el gobierno y los aliados lograron organizarse para reparar la situación, en unas semanas es probable que Blue Bay ya no sea dominado por monstruos.

El helicóptero aterrizó, de él bajaron siete soldados de diversas nacionalidades y se ubicaron a sus puestos. Un agente bajó del helicóptero y se acercó hacia Peter y a mí.

—Me llamo David, pueden decirme supervisor H. Debieron haber pasado por mucho, ¿no es así?—nos ofreció la mano como saludo.

Peter se negó a darle la mano, por lo que yo accedí a saludar.

—Sí, lo fue...—respondí.

—Ahora están a salvo. Los llevaremos a una zona de cuarentena segura y en unos días podrán ser reubicados. 

—Yo me llamo Laurie y él es Peter.

—Sí, se quienes son. Tú eres la hija de un político importante y el niño es hijo de una bióloga, se mucho más de ustedes de lo que creen, no hace falta presentarse. Ustedes serán reubicados por mi aprobación, sino fuera por mí, estos hombres los hubieran detenido en esta frontera. No hagan nada estúpido y síganme—ordenó el agente.

David nos abrió paso para subir al helicóptero, mientras subíamos David aprovechó en fumar un cigarrillo, segundos después, lo tiró y subió con nosotros.

El helicóptero despegó y después de mucho tiempo me sentí segura y tranquila. Era una sensación indescriptible, toda la carga había desaparecido, era como si despertara de un sueño, del sueño de Blue Bay.

El helicóptero se dirigió al este de Blue Bay, al lado contrario al mar.

—No lo entiendo. ¿Cómo sabe quién soy yo?—pregunté. 

—Buscamos personas con poder en Blue Bay, sobrevivientes con testimonios. Tus padres son personas muy poderosas, aún no las localizamos, pero de lograrlo, deberás convencerlos a ellos y a los demás de convencer a los líderes de todo el mundo sobre la magnitud de esta situación. 

—Creo que es evidente la magnitud de esto—respondí con cautela.

—Algunos no lo ven así, ni los vídeos los convence de actuar. La población igual, están más pendientes de los chismes de celebridades que de los zombis, lo mismo pasó con los aliens, la gente no le dio importancia, ni el miedo logra provocar una reacción.

La neblina poco a poco se disipó y frente a nosotros comenzaron a notarse unos muros gigantes de un aproximado de cuarenta metros, el cuál aún no estaba acabado del todo.

—¿Qué es eso?—pregunté.

—Los muros. Nos ayudarán a contener la infección y a toda la fauna y flora expuesta a ella. Blue Bay fue nominado el nuevo Chernóbil, la sociedad no sabrá lo que sucede adentro, pero tú les dirás la verdad. ¿No es así?—el agente sonrió.

Me quedé anonadada por el tamaño, por el futuro que nos deparaba. Un futuro incierto.

—El mundo ha cambiado Laurie y ahora tendrás un papel clave en todo esto, espero que entiendas—dijo el agente.

—Claro que lo entiendo.

—Bien, entonces comencemos—comentó el agente.

El agente David, sacó un portafolio debajo de su asiento, lo abrió y sacó una carpeta llena de documentos. El se detuvo en una hoja en blanco y me entregó la carpeta con la hoja y un lapicero.

—Necesito que escribas todo lo que viviste allí dentro, queremos conocer tu testimonio.

—Pues, necesitaremos más de una hoja—dije cerrando la carpeta.

La carpeta tenía un acróstico raro de portada, decía "ASLAM CORPORATION"

—¿Qué significa Aslam?—pregunté.

—Pues, necesitaremos más de un día para conversar—respondió.


Laurie regresará.

Blue's DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora