Para mi querida Beth.
Es mi primera vez escribiendo una carta, por lo tanto, espero que logres leer esto algún día, a decir verdad, no se cuando llegue a tus manos. Se que pudo ser un simple mensaje de texto pero quería ser original. Sin más, comencemos.
Las últimas semanas no hemos platicado como antes, eso me preocupa. Me preocupa que hayamos perdido contacto de la noche a la mañana, lo que haya sucedido, respeto que sea un tema privado, a pesar de ello, quisiera recordarte que comas tus tres meriendas al día, que duermas tus seis horas (porque no puedo obligarte a dormir 8) y que te bañes. Perdón, alguien tenía que recordártelo y creo que soy la única con los ovarios necesarios para hacerlo querida.
Además, aprovecho para comentarte que la profesora Cristina me ofreció ser su ayudante para el próximo año. Sí, le gane a esa tal Arya por primera vez. Estoy casi segura que el siguiente año traeré un nuevo trofeo para la escuela. Llegar a esto no habría sido posible sin tu motivación, tú siempre me apoyaste y me animaste a seguir adelante. ¿Recuerdas lo que pasamos aquel 16 de febrero o cuando salvamos a Craig y Tobey de una mala fiesta? Sin dudas fue divertido. No sé qué harían esos tontos sin nosotras, somos unas buenas niñeras, ¿No crees?
No paro de decir que las amanecidas y tardes que platicamos fueron los mejores momentos de mi vida, me encanta cuando una persona habla de lo que le apasiona, puedes ver como el brillo sale de sus ojos, en este caso, amo cómo relatas las partidas que juegas en tus videojuegos favoritos.
Sonaré un poco nostálgica pero nunca podré olvidar la primera vez que te conocí, fue un tanto gracioso para mí. Ese día te resbalaste en el comedor de la escuela y toda tu merienda terminó derramada en mi vestimenta, evitaste mirarme a los ojos y cuando estabas a punto de llorar te largaste corriendo sin más. Por una extraña razón nunca me enfadé ese día por el incidente, al contrario, llamaste mi atención. Me evitaste a toda costa durante un mes, llegué a pensar que creías que yo te detestaba por eso. Todo lo contrario, ver lo torpe que eras me dio un poco de ternura, eras la más pequeña, bueno lo sigues siendo. El caso es que desde ese incidente comencé a investigar un poco más de ti y vi lo talentosa que eras para muchas cosas. Eras una prodigio, una excelente alumna. Los demás del grado pensaban que era puro talento de tu parte, pero logré ver el arduo esfuerzo que había detrás en tus ojeras de mapache. Te convertiste en una inspiración para mí desde antes que por azares del destino nos tocará hacer equipo para un proyecto y se diera nuestra segunda interacción.
Al final, el proyecto que hicimos las dos fue la nota que rompió con tu racha de sobresalientes. Lo siento por eso, no pude concentrarme contigo al lado, te molesté demasiado esos días porque sentí que necesitabas un tiempo para relajarte de tantos exámenes. ¡Hey, tú encontraste una amiga y yo esa chispa que me haga ir a la escuela!
Siendo honesta, tú fuiste la primera en romper mi gran caparazón. Desde ese entonces esperaba con ansias la hora de la merienda para platicar a solas.
Contigo pude ser mi mejor versión, la forma en cómo te preocupabas por mí no me hacía sentir sola, es por eso que pase lo que pase estaré a tu lado cubriendo tu espalda.
Ahora mismo me encuentro estudiando para el examen que viene los siguientes días, te demostraré que puedo sacar un sobresaliente.
Sin más que decir, puedes contar conmigo para lo que sea, te prometo que te haré brillar algún día, así como tu lo hiciste conmigo.
Te quiero pequeña personita cuyo color favorito es el azul.
Mari Hernández W.
BLUE
—Mari...te extraño mucho, fuiste mi mejor tropiezo tonta.—suspiré en lágrimas deseando que haya podido escucharme.
Creía haber cambiado al mirarme en el espejo del departamento de Arya, pero estuve equivocada. Seguía siendo frágil por dentro, solo con sentir que la gran mayoría de las personas que he amado ya no están me pudre el corazón. Mari era de las personas que podía confiar y contarle todo, pero mi maldito berrinche no me permitió pasar más tiempo con ella, cuanto daría por tener una de esas charlas.
No quería hacer ruido, pero necesitaba sacar este peso, por lo tanto, enterré mi rostro en la almohada y grité de ira e impotencia por Mari, mis amigos, mi hermano y mis padres.
Al terminar, juré no volverlo hacer. Juré mirar hacia delante y esconder a las personas que amé en lo profundo de mi corazón.
No quería volver a sentirme frágil, no de esta forma.
Nunca más.
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Blue's Dream
TerrorLa supervivencia exige sacrificios, pero ¿qué ocurre cuando sacrificamos nuestra humanidad? En un mundo post-apocalíptico lleno de peligros y desafíos, Blue, una joven desolada que ha perdido todo, se une a un vulgar y viejo policía llamado Elías en...