ROD
Las municiones se agotaron, pero logramos exterminar a los corredores dentro del patio de comidas. Por desgracia, muchos infectados se habían acumulado en la salida del patio, para aguantar un poco más la profesora nos ordenó a Esteban y a mí derribar las mesas y hacer una barricada para evitar que los infectados nos ataquen. Nuestras posibilidades de escapar eran nulas, no podríamos enfrentar esta situación sin armas, solo nos quedaba esperar a los demás.
Esteban en ningún momento soltó la bolsa llena de suministros de comida que encontró en algunos restaurantes, lo noté más tenso de lo normal; puesto que sus piernas y brazos temblaban del miedo. Su mente estaba vacía para dar ideas, pero no puedo juzgarlo.
Cuando comenzaron a golpear la barricada provisional me dieron escalofríos, volví a ser niño otra vez. Nunca antes los había tenido tan cerca a estas criaturas. El olor, los ojos rojos, sus pieles en descomposición y sus enormes garras. Es una pena.
No quiero terminar como ellos, no quiero morir aún. No con este sentimiento de pérdida, no quiero irme a la tumba con el sentimiento de haber sido un estorbo, no después de perderla.
-¡Escucha Rod, yo los dividiré, seré de cebo para que ustedes dos escapen!-Exclamó la profesora Cristina.
-¡Espera no puedes hacer eso, no podemos canjear vidas de esa forma!-respondí de inmediato con miedo a no volverla a ver.
-¡No lo discutiremos ahora, confío en ti más que nadie para cuidar de los demás, eres el más inteligente y habilidoso para liderarlos. Te escogí como líder por una razón, no me arrepiento de eso, confío en ti más que nadie ahora!-Exclamó Cristina.
No puedo ser un líder sin antes demostrarlo. Durante el inicio del apocalipsis solo me quedé como un vocero, solo recibía y comunicaba órdenes. Laurie tenía razón, todos los días desde el apocalipsis solo me escondía en la escuela y no salía a dar la cara por los demás. ¿Acaso eso es ser un líder?
No.
Un líder pone a los demás por delante antes que a su vida misma. Y si no puedo demostrar eso, entonces no soy capaz de ser llamado así.
Por un momento dejé de pensar en todo y me fijé en lo que la profesora iba hacer. Esperé un hueco en medio de los infectados, lo localicé en segundos y no dudé de mis acciones, tomé impulso con la barricada y salté la horda de infectados.
Me alejé y esquivé a los infectados que se abalanzaron hacia mi. Querían morderme cueste lo que cueste, pero hice hasta lo imposible para no ser alcanzado por uno. Derribé mesas, tomé una silla y se la estampé a dos que me seguían.
-¡¿Rod que haces?!-La profesora enloqueció, pero luego entendió el plan.
-¡Vengan a por mí imbéciles!-Grité lo más fuerte posible para llamar la atención de todos.
La horda se dividió, Cristina y Esteban salieron de la barricada e intentaron hacerse paso hasta la salida. Lo que hice fue una locura, no pensé en cómo regresar, pero debía intentar sobrevivir a esto. Tomé una bandeja de comida y la golpeé contra una mesa para llamar aún más la atención de los infectados. Mi nuevo plan era rodearlos y llegar hasta la salida, entré a un puesto de comida rápida y salté de puesto en puesto para rodear el patio de comidas.
Al llegar al último puesto me vi envuelto en un gran lío, de la parte trasera del mini local de comida rápida salieron unos tres corredores. Salí del puesto y me arrastré debajo de las mesas del patio de comida para acercarme hacia los demás, como consecuencia, los corredores fueron directo hacia Cristina y Esteban.
-¡Corredores!-les advertí a los demás.
Cristina empujó a los infectados que se le acercaron y se paró con firmeza para recibir a los corredores. Ella se colocó en guardia con ambos brazos en lo alto. Realizó una respiración profunda y mantuvo la calma ante todo.
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Blue's Dream
HorreurLa supervivencia exige sacrificios, pero ¿qué ocurre cuando sacrificamos nuestra humanidad? En un mundo post-apocalíptico lleno de peligros y desafíos, Blue, una joven desolada que ha perdido todo, se une a un vulgar y viejo policía llamado Elías en...