Capitulo 5

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No sabía qué hora era, la noche había sido horrible, las voces la música y la gente subiendo y bajando por las escaleras era un infierno, y si ya ponía en juego mi quería claustrofobia era un total infierno del que  no me podía quejar, por lo menos tenia donde mantenerme a salvo del frio, cuando no escuche a nadie Salí de la habitación en busca del baño no me podía aguantar más.

En frente de mi habitación, si así se puede llamar donde duermo estaba la cocina, era enorme en mitad había una barra americana con taburetes alrededor y al otro lado una gran mesa, en frete estaba la entrada y al otro lado una gran sala de estar y al lado de esta la puerta donde estaba Dominic, al lado de la cocina había una puerta cerrada, supuse que era el baño me encamine a ella y teniendo un poco de suerte encontré el baño.

Era enorme tenía una ducha que apetecía meterse dentro y arroparse con el albornoz de algodón blanco que colgaba de la pared, pero este no era mi baño ni mi casa ya vería como me las arreglaba ni si quiera sabía si podría pasar aquí una noche más.

Termine de hacer mis necesidades, tire de la cadena me lave las manos y un poco la cara e intente arreglar el destrozo de pelo que tenia, cuando termine salí por la puerta chocándome con algo bastante duro. 

-          ¿Qué haces en mi baño? – la voz de Dominic me erizo la piel

-          Yo... bueno no sabía donde había otro baño... - no me atrevía a mirarle directamente a los ojos.

-          Tu baño está ahí dijo señalando a una puerta que había al lado de una planta – no vuelvas a utilizar mis cosas niña – dijo apartándose para que yo saliera de su baño.

-          Yo lo siento de verdad, no era mi intención – no sabía porque él me intimidaba tanto.

-          Mira, voy a ser claro te dejo estar en mi casa así que limítate a utilizar tu baño y habitación, no quiero cruzarme contigo, donde yo este o llegue tú te vas ¿Me escuchas? no quiero cruzarme contigo – dijo alterándose un poco a lo que yo simplemente  asentí. - No me caes bien – sentencio

-          Tampoco me conoces – le conteste mirándole a los ojos que estaban de un verde más oscuro que anoche.

-          Ni quiero hacerlo créeme, me das pena, que hayas tenido que recurrir a Dante no tiene que ser nada bueno, encima eres fea y no estás ni buena, no me aportas nada– y sin decir nada más cerró la puerta en mis narices.

Me encamine hasta la puerta que me había señalado y que había pasado por alto, efectivamente dentro había un retrete una ducha con una cortina y un lavabo todo estaba pegado apenas podía moverme dentro era claustrofóbico como mi habitación pero esto por lo menos era algo.

Salí del baño pero  me detuve al ver que Dominic estaba en la cocina no quería volver a cruzarme con él, ya me lo había dejado bastante claro que no quería verme, salió comiendo un bocadillo mientras subía por las escaleras simplemente con unos calzoncillos azules puestos que le resaltaba su maravilloso moreno de piel, Dominic no era tonto se veía a cien kilómetros que él era guapo y por supuesto se lo tenía creído.

Era alto moreno con el pelo corto y revuelto en un intento de cresta. Sus ojos eran verdes y sus labios eran perfectos no lo había observado mucho pero por lo que había visto toda chica querría besar sus labios, que estaban adornados por un pendiente de dos bolitas que atravesaba el lado del labio en horizontal. Y su cuerpo era el de un dios con unos abdominales perfectamente marcados y duros por lo que he podido notar al chocarme con él.

Estaba de vuelta en el baño con una toalla limpia que tenía en la maleta y me metí en la ducha, tenía que ir en busca de un supermercado y comprar algo para comer, las tripas me rugían exageradamente, no creo que a Dominic le guste que coma de su comida.

Una vez duchada salí con la toalla solamente y me dispuse a ir a mi habitación, se me ocurrió mirar disimuladamente hacia arriba de la escalera y vi como Dominic me miraba fijamente eso me ponía nerviosa, no me gustaba que nadie me mirara y menos si lo que llevaba era una simple toalla, pero sin ningún incidente y disimulando que no le había visto llegue  a mi habitación, me puse unos vaqueros negros un jersey marrón y unas botas a juego, luego de secarme el pelo y dejarle suelto cogí mi abrigo, gorro, guantes y bufanda y me dispuse a salir de la habitación y de la casa.

-          Kira – la voz de Liam me saco de mis pensamientos.

-          Hola – le sonreí

-          Ven quiero presentarte a alguien – me hizo señales para que fuera hasta la cocina donde había una chica morena de ojos cafés, con una taza de chocolate en las manos que olía a las mil maravillas. – Hanna, ella es Kiara.

Sin más Hanna se levanto de la silla y me abrazó, no me esperaba esto así que me quede paralizada, ¿Demasiados abrazos en tan poco tiempo? En serio se me había olvidado de cómo darlos.

-          Eres guapísima Kiara – dijo con una sonrisa – Dante nos ha llamado y nos ha puesto al corriente de todo.

-          Yo no quiero ser ninguna molestia para vosotros de verdad, no hace falta que os molestéis – dije con un nudo en la garganta porque en realidad sí que necesitaba su ayuda.

-          ¿Estás de coña? No te vamos a dejar sola, si Dante se ha fiado de ti y te tiene como a una hermana nosotros también preciosa – añadió Liam.

-          ¿entonces me ayudareis? – pregunte nerviosa, limpiando una lagrima.

-          Eso no lo dudes, ya me ha contado Liam donde te ha metido Dominic a dormir, nos tenemos que no podemos contradecirle ya que esta es su casa y todos acatamos sus normal, últimamente esta mas irritable que nunca.

-          Es como las mujeres cuando os va a venir la regla, solo que lo de él es permanente – añadió Liam a lo que yo no pude evitar soltar una carcajada. – pero alguien aplaudiendo y riéndose a carcajadas entró a la cocina.

-          ¿Y a ti que te pasa? – dijo Liam a Dominic enfadado.

Antes de que el contestara recogí mi abrigo y mis cosas bajo su atenta mirada que podía notar,  y salí a mi habitación a por mi bolso con algo de dinero para salir a comprar, el me ha dejado bien claro lo que tengo que hacer.

Antes de salir del todo de mi habitación las voces de la cocina se seguían escuchando.

-          Me parece surrealista esto, ¿ósea que vamos a ayudar a la desconocida? – dijo en tono bastante enfadado – Simplemente porque Dante la conoce de dos días, no sabemos nada de ella chicos, no nos podemos arriesgar.

-          ¿Arriesgarnos a que exactamente? – la voz de Hanna se hizo presente.

-          A todo,  yo no quiero cruzármela ya se lo e dejado bien claro esta mañana, no quiero encontrármela donde yo este ¿Entienden? Y menos estar con ella. – sentencio

-          Asúmelo de una puta vez Dominic, ella te abandono, no va a volver, deja de ser así con las chicas, Kiara parece buena chica, dala una oportunidad, llevas tres meses insufrible desde que ella te abandono. – solo se escucho un puñetazo en algún mueble de la cocina.

Ella va a volver ¿Me oyes?, y no, no quiero conocerla, ella es una puta como otra cualquiera. – grito Dominic y unos pasos fuertes se escucharon subir por las escaleras

Nadie dijo que fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora