Capitulo 13

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Dominic.

Vale a lo mejor no ha sido mi movimiento más inteligente quererla ver desnuda con una excusa tan patética, creía que no se iba a dar cuenta y al final ha jugado mis cartas mejor que yo ¿Cómo puede esconder ese cuerpo? Diablos es lo mejor y más natural que he visto desde hace tiempo... sus curvas madre mía... hubiera parado el reloj para seguir observándola y pasar mis manos por esas caderas bien marcadas y ese sujetar de encaje...

¡PARA! Tengo que parar, no puedo pensar así y menos de ella, tengo que mantenerme alejado.

Estoy en la cocina preparando algo de cenar espero que cuando ella termine yo no esté por aqu...

- Oh vaya pensé que no estarías... - su voz se fue apagando, llevaba una camiseta ancha unos pantalones cortos y unos calcetines hasta las rodillas.

- Estaba preparando la cena – se tenía que alejar de mi no podía estar a mi lado en esa camiseta, me daban ganas de mirar que había debajo otra vez.

- Está bien... pues vendré, más tarde... - se veía confundida y estaba intentando ser lo más serio posible, pero lo único que me pasaba es que estaba jodidamente excitado.

- Si quieres podemos cocinar juntos - ¿Qué cojones he dicho? ¿Eso ha salido de mi boca?

- Estas ¿Seguro? – pregunto dudosa

- Si – me aclare la garganta – segurísimo – le sonreí nervioso, y una mierda no estaba seguro de nada, ni si quiera de poder mantener mis manos quietas o lejos de su cuerpo.

- Está bien – dijo acercándose a la encimera - ¿Qué te apetece cocinar?

- Si quieres yo puedo hacer unos macarrones con nata y tu si quieres puedes encargarte del postre – me moría por volver a probar uno de sus pasteles.

- Oh... vaya creía que no te gustaban mis pasteles – dijo con una sonrisa arrogante.

- Bueno, digamos que no me importaría comerme otro trozo, pero si esta vez tiene más chocolate mejor... - la guiñe un ojo y sus mejillas se colorearon al instante.

- Bueno si me lo pides así... - dijo y empezó a moverse por la cocina buscando las cosas que iba a necesitar empezando a abrir todos los cajones y me tuve que llamar la atención mentalmente para que ella no lo notara, esto iba a ser muy difícil.

Kiara.

Después de acordar lo que haríamos cada uno el único sonido en la cocina era el de los ingredientes que cortábamos o mezclábamos y el de la gran lluvia que había fuera, era impresionante como caía el agua y no tenía pinta de parar.

Dominic estaba en la placa con los fuegos, yo necesitaba uno para derretir el chocolate con la mantequilla, así que me acerqué cuidadosamente.

- Kia... - no termino de llamarme cuando se dio la vuelta y tiro todo las onzas de chocolate y la caja de mantequilla de mis manos al suelo – dios Kiara que susto – nos agachamos a recoger todo lo que se había esparcido.

- Lo siento, te tenia que haber avisado – y justamente cogimos los dos la mantequilla, sus dedos rozaron los míos y miles de calambres empezaron a subir por mi espina dorsal mandándolos a todos los puntos sensibles de mi cuerpo haciéndome suspirar y el jodidamente se había dado cuenta.

- ¿estás bien? - ¿Estaba Dominic preguntándome eso de verdad?

- Si claro, solo... s-solo necesito un fuego para calentar el chocolate y dejarlo reposar – le sonreí nerviosa

Nadie dijo que fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora