Era la mañana de navidad 24 de Diciembre una fecha preciosa para pasarla en familia, en casa seguramente este todo lleno de adornos navideños y la casa huela a galletas recién horneadas, me daba una tristeza enorme pensar que estas navidades las iba a pasar sola.
Salí de la habitación me había duchado por la noche porque vine de echar currículos por todas las tiendas que ofrecían trabajo, a ver si tenía suerte y podía empezar mi nueva vida pronto.
La casa olía realmente bien, había salido simplemente con mi camisa de pijama mis calcetines hasta las rodillas, no me había peinado, porque mis pies andaban solos hasta ese rico olor.
- Buenos días – dijo sorprendiéndome de que se dirigiera a mi así que antes mire detrás de mí por si aparecía alguna 'invitada' – te estoy hablando a ti Kiara no te hagas la tonta.
- Perdona, no me acostumbro a que me hables, y menos si es por la mañana y estas de buen humor – sonreí desconcertada
- Es navidad – dijo feliz – un buen motivo para estar feliz y más si la cena es con mis padres que llevo meses sin ver.
- Celébralo por mí entonces – dije con una sonrisa triste.
- ¿tú la pasaras sola? – se dio la vuelta por primera vez para mirarme y escanearme de arriba abajo.
- Sí, creo que me han dejado bastante claro que en mi casa no me quieren de vuelta – le dije molesta.
- Hasta para venir al mundo tienes que tener suerte, y ya sabemos todos que tú no la tienes muy de tu parte – dijo en tono neutro no sabía su afán de hundirme más esta mañana de navidad.
- Sí, no todos tenemos la misma suerte que otros – conteste en el mismo tono
- Yo te quería pedir disculpas por lo del otro día en el coche – dijo dándose la vuelta mientras pronunciaba sus disculpas.
- ¿Sabes? no necesito tu poca compasión y menos tus falsas disculpas, no sé porque me han abandonado, algo muy malo he tenido que hacer, pero el mayor error que cometí supongo que fue nacer de la madre equivocada y que me acogiera la familia equivocada también, tus palabras de desprecio Dominic no me afectan casi, es más estoy acostumbrada a oír cosas peores sobre mí.
- Por lo menos sabes pillar las cosas a tiempo – me encaro – ¿Y que te crees? Algo habrás echo para ganarte el odio de todo un pueblo y el de una familia que te odie, ¿crees que ahora va a cambiar algo tu vida?
- no me creo nada, porque no soy nada y ahora no creo que tampoco cambie mucho mi vida, está claro que hasta conociendo a gente nueva, siempre alguien va a odiarme, tengo ese don supongo.
- Le tienes créeme – sentenció
- Gracias por recordarme en navidad la mierda que soy Dominic – dije en un susurro conteniendo las lágrimas.
- De nada siempre es un placer – se quedo riendo en la cocina.
No entendía como una persona que ni intentaba conocerme pudiera decirme estas cosas tan feas y tan dolorosas, había pasado toda la mañana en la habitación pensando el que hacer esta noche ya que tendría la casa para mi sola.
Me vestí me arregle el pelo en una coleta cogí mi abrigo y mi bolso y salí a comprar ingredientes para hacer una lasaña.
Cuando llegue al supermercado era una catástrofe la gente subía y bajaba por los pasillos como locos encontrando un regalo de última hora, todos estaban alterados, hasta había dos mujeres peleándose por una lechuga.
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Nadie dijo que fuera fácil.
RomancePara mis padres adoptivos soy un gran estorbo desde que nació mi 'querida hermanita' ellos simplemente querían una niña maravillosa, y yo no cumplía sus expectativas, nunca estábamos de acuerdo en nada y eso creaba demasiada tensión. ¿Qué idea se l...